Por Monseñor Eugenio Lira / Obispo auxiliar de Puebla

Hoy, Día Internacional del la Beneficencia, decretado así por la Organización de Naciones en el aniversario de la Madre Teresa de Calcuta, celebramos la memoria de esta gran beata, que con su vida  testimonió que la beneficencia puede aliviar los peores efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia y mitigar el sufrimiento humano.

Todas las grandes empresas de santidad que nos presentan la Biblia y la historia de la Iglesia, reposan sobre un «sí» dicho a Dios en el momento en que Él manifiesta su voluntad. Así lo vemos en Abraham (cfr. Gn 22, 18); y sobre todo en la Virgen María.

También Madre Teresa, que había nacido en Albania en 1910, dio su “sí” a Dios cuando, viajando en tren de Calcuta a Darjeeling” el 10 de septiembre de 1946, el Todopoderoso le dirigió una invitación clara: «Deseo religiosas indias, Misioneras de la Caridad, que sean mi fuego de amor entre los más pobres, los enfermos, los moribundos, los niños de la calle. Quiero que tu conduzcas hacia mí a los pobres… ¿Rechazarías hacer esto por mí?».

Madre Teresa aceptó; ¡Y qué proyecto tan grande ha realizado Dios a través de ella! En 1948 nacieron las Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres; obra que se  extendió rápidamente a los 5 continentes, contando miles de miembros y más de 600 fundaciones en casi 130 países.

Para responder mejor a las necesidades de los pobres, Madre Teresa fundó también los Hermanos Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, a los Hermanos Contemplativos y a losPadres Misioneros de la Caridad. También creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Inició también elMovimiento Sacerdotal Corpus Christi.

Tras recibir numerosos premios, como el Premio Nobel de la Paz en 1979, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora, y el 5 de Septiembre de 1997 fue llamada a la vida eterna. Al proclamarla beata en 2003, el Papa Juan Pablo II, ahora también beato, comentó que la Madre Teresa nos enseña el valor de las cosas sencillas hechas con amor.

Precisamente, en un mensaje a los jóvenes mexicanos, la beata Teresa de Calcuta nos dice: “unámonos, amémonos el uno al otro… De esta forma, podremos sobreponernos a todo el mal que existe en el mundo. Hay tanto sufrimiento, tanto odio, tanta miseria, y nosotros con nuestra oración, nuestro sacrificio, podemos hacer algo… empezando en casa” (Mensaje enviado al Congreso «Los jóvenes al servicio de la Vida y de la Paz», 12 de Diciembre de 1988).

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