Por Adolfo Orozco Torres, físico, católico, presidente del Centro Mexicano de Sindonología |

Circula por internet una presentación sobre los aspectos milagrosos en la Tilma y en la imagen de Guadalupe. Desgraciadamente, esta presentación incluye una serie de supuestos milagros que pueden provocar daño a nuestra fe. En la presentación se hacen una serie de afirmaciones que a mi juicio son falsas y crean expectativas incorrectas para una fe sólida, bien instruida y fundamentada sobre pilares ciertos.

En esa presentación se mezclan datos verdaderos, sorprendentes e inexplicables científicamente, con afirmaciones fantasiosas, inventadas y carentes de todo fundamento científico y teológico. El punto es delicado pues puede deformar nuestra fe, ya que se le atribuyen a la Tilma características de una persona viva, como si la propia Virgen estuviera atrapada en la tela, con Jesús vivo en su vientre. Esto podría llevar a que personas sin una fe instruida se acerquen peligrosamente a la idolatría al pretender reverenciar el Ayate como si se tratara de la misma Virgen en persona, con el propio Jesús en su vientre. Además, la afirmación de que esto fue «descubierto» por la ciencia es falsa.

Se afirma que «la ciencia ha descubierto» que la pupila de la imagen de la Virgen en la Tilma se contrae cuando es expuesta a una luz intensa, como si se tratara de un ojo vivo. Sin embargo, ninguno de los oftalmólogos que han estudiado los ojos de la Virgen vio nada parecido, todos médicos reconocidos que analizaron directamente los ojos de la Guadalupana con oftalmoscopios de alta potencia. Además, quienes esto afirman no dicen quién observó el fenómeno, cuándo, con qué instrumentos, en qué condiciones de iluminación, etc., por lo que es una mera fábula inventada tal vez con buenas intenciones, pero fábula al fin.

Lo mismo sucede con otras afirmaciones. Se dice que la tela «tiene una temperatura de 36.5 grados centígrados»: ¡como la temperatura de una persona viva! ¿Entonces la Virgen está atrapada en la tela? Se dice que se le colocó un estetoscopio en el vientre y se «escucharon latidos de un corazón a un ritmo de 115 latidos por minuto, como los de un bebé en el vientre materno» ¿Está entonces Jesús feto en el vientre de María, atrapados ambos en la tela? Estos supuestos hechos son falsos. Como en el caso de la pupila, nadie sabe quién le tomó la temperatura o quién le puso el estetoscopio en el vientre, cuándo lo hicieron, quién les dio permiso, etc. Esto, en vez de atraer a quienes andan buscando sinceramente a Dios, los aleja por considerar que los católicos creemos en supercherías, y a los creyentes que se dejan llevar por estas fábulas piadosas los puede descarriar llevándolos por caminos que los alejen de la verdadera fe en la persona y el mensaje de Jesús de Nazaret.

Un amigo se me acercó entusiasmado y me dijo: «¿Ya supiste?»,  y me contó esta historia. Cuando le hice las aclaraciones pertinentes, con tristeza me preguntó. «¿Entonces todo es falso?», y me costó trabajo separar el trigo de la cizaña (cfr. Mt 13, 24-43) y tratar de aclararle cuáles hechos son falsos y cuáles ciertos, documentados e inexplicables para la ciencia, como la duración de la tela por 477 años; que el ácido nítrico derramado en 1791 no la haya destruido; que la bomba que le pusieron en 1921 no la haya dañado, que la ciencia de finales del siglo XX no pueda identificar los pigmentos que le dan color a la imagen, entre otros muchos verdaderos milagros.

Estemos alertas y no nos dejemos distraer por estos supuestos milagros.

 

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