Por Jaime Septién |

Quizá no haya merecido atención de los medios hasta ahora, pero lo cierto es que la contaminación que rodea a las grandes concentraciones urbanas en el mundo y en Latinoamérica, está siendo considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una seria amenaza a la supervivencia en el planeta, sobre todo, una seria amenaza para los niños y los ancianos.

Necesidad de acciones concertadas

Según la propia OMS, en un Informe dado a conocer recientemente, una de cada ocho muertes, siete millones de personas en 2012, fue provocada por la contaminación del aire, convirtiéndose así en el riesgo a la salud más importante en el mundo.

«Pocos riesgos tienen mayor impacto hoy en día en la salud global que la contaminación del aire: la evidencia señala la necesidad de una acción concertada para limpiar el aire que todos respiramos”, dijo la médico María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Ambiental y Determinantes Sociales de Salud de la OMS en el reporte.

“Las cifras son sorprendentes, son dramáticas. Y es un problema que afecta a todos, tanto a países en desarrollo como desarrollados’’, señaló Neira al presentar el estudio que contabiliza el número de decesos por exposición al aire contaminado tanto en interiores (la mitad de las muertes se especula que son causadas por el humo de estufas internas, alimentadas con carbón, madera y biomasa) como externas.

De acuerdo con la información presentada por la OMS, las regiones más afectadas, son los países de bajos y medianos ingresos en Asia suroriental y del Pacífico occidental, con 3.3 millones de muertes por contaminación ambiental interior y 2.6 millones de muertes por exterior. Otros 236 mil decesos ocurrieron en el Mediterráneo oriental; 200 mil en Europa; 176 mil en África; y 58 mil en las Américas.  El resto de muertes tuvieron lugar en países ricos de Europa (280 mil); Américas (94 mil), Pacífico occidental (67 mil ), y Mediterráneo oriental (14 mil ).

Brasil y México a la cabeza en América Latina

Cifras que se desprenden de diversos estudios de la OMS señalan que los dos países más grandes de América Latina, Brasil y México –curiosamente, los dos países con mayor número de católicos en el mundo—son los que más sufren las consecuencias de las enfermedades y muertes asociadas con la contaminación externa e interna.

En 2012, último año del que se poseen estadísticas al respecto, Brasil presentó un total estimado de 23 mil personas muertas, asociadas a la contaminación, mientras que México ocupó el segundo lugar en América Latina, con 15 mil fallecimientos asociados a este fenómeno. Argentina ocupó el tercer lugar con algo más de 10 mil decesos.

De acuerdo con el informe La calidad del aire en América Latina: una visión panorámica, la ciudad mexicana de Monterrey tiene los niveles más altos en toda América Latina de contaminación por PM10 (Material Particulado, por sus siglas en inglés, que provienen de los gases emitidos por los vehículos y la generación de energía), mientras que el Distrito Federal y Guadalajara superan los niveles de polución de ciudades como Medellín, Bogotá, Montevideo, Sao Paulo, o San Salvador.

El estudio detalla al respecto que Monterrey tiene una concentración de material particulado (PM10) en el aire de 85.9 microgramos por metro cúbico, cuando el nivel exigido por la Unión Europea y la OMS es de 40 y 20 microgramos por metro cúbico, respectivamente. En la Ciudad de México, la acumulación de estas partículas contaminantes en la atmósfera es de 57.0 microgramos por metro cúbico, y en Guadalajara es de 70.1.

Según el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y los datos contenidos en el “Cuarto almanaque de datos y tendencias de la calidad del aire en 20 ciudades mexicanas en el periodo 2000-2009” del Instituto Nacional de Ecología (INE) la contaminación del aire en este lapso habría causado la muerte de 38 mil personas.  El informe del INE destaca que la contaminación ambiental es un problema de salud pública federal y el costo de estos daños equivale al 4.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

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