El Papa Francisco hizo un balance de su reciente visita apostólica a Corea, durante la Audiencia General este miércoles: “La beatificación de 124 mártires y el encuentro con los jóvenes me han permitido presentar a la Iglesia como una familia que transmite a las nuevas generaciones la fe recibida de sus antepasados”.

Ante la multitud de peregrinos que colmaron el Aula Paulo VI, Francisco manifestó en primer lugar su gratitud a Dios y a todos: “A mi regreso del viaje apostólico a Corea, quiero dar gracias a Dios y a todos los que han contribuido a su realización, especialmente a los Obispos coreanos, a la Señora Presidenta y a las Autoridades locales” expresó.

El Santo Padre trajo a la memoria la vigorosa imagen de los mártires coreanos que levantaron y sostienen la comunidad católica de Corea, tan fuertemente presentes durante esta peregrinación apostólica. “La memoria de los mártires, que fueron capaces de entregar sus vidas por aquello en lo que creían, constituye un ejemplo para los jóvenes de hoy y les da motivos para vivir con esperanza” –dijo el Papa. “La Iglesia coreana nació de la fe de algunos fieles laicos que, fascinados por la sabiduría de las Escrituras, las estudiaron y las adoptaron como regla de vida. Sus aldeas se inspiraron en la comunidad apostólica de Jerusalén, que tenía todo en común. Por eso, he animado a los cristianos de hoy a ser solidarios con los más pobres y marginados”.

Francisco se refirió también a la misa que rezó por la paz y la reconciliación de la península coreana dividida en norte y sur: “Además, he tenido la oportunidad de hacer un llamamiento y una oración por la reconciliación de todos los hijos de la tierra coreana, que aún sufren las consecuencias de guerras y divisiones”.

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