Por Juan Gaitán |

La semana pasada compartí una serie de citas tomadas de la novela Vida de Pi, que tratan acerca de los pensamientos del protagonista (Pi Pattel, un joven indio) acerca de las religiones, pero quise dedicar un texto especial a sus ideas sobre el cristianismo, concretamente el catolicismo.

Pi Pattel heredó el Hinduismo de su entorno social, pero también se encontró con un profesor ateo, con el Cristianismo y con el Islam. Las siguientes citas, entonces, tratan de su primer encuentro con Cristo a través de un sacerdote, y no dejan de ser interesantes los detalles de la reputación del catolicismo en un país donde ésta no es la religión mayoritaria.

El encuentro con el sacerdote:

«Los católicos son harto conocidos por su severidad, por su dureza a la hora de juzgar. Mi experiencia con el padre Martín fue muy diferente. Se mostró muy atento conmigo. Me sirvió té y galletas (…). Me trató como un adulto, y me contó una historia. O mejor dicho, teniendo en cuenta que a los cristianos les encantan las mayúsculas, una Historia.

«Y vaya historia. Si me atrajo, fue porque no daba crédito a mis oídos. ¿Cómo? ¿Qué la humanidad peca y quien lo paga es el hijo de Dios?» p. 66*

«Fue una sonrisa bondadosa la que me dedicó. La sonrisa de Cristo. Entré en la iglesia sin miedo, ya que se había convertido en mi casa también. Recé a Cristo, que está vivo.» p. 71

Sobre Cristo y su novedosa Historia, en comparación con los dioses hindúes:

«En cambio, este Hijo que pasa hambre, que pasa sed, que se cansa, que se inquieta, al que interrumpen con comentarios molestos, al que acosan, que tiene que soportar una pandilla de seguidores que no lo entienden y opositores que no lo respeta, ¿qué clase de dios [sic] es éste? Pues un dios demasiado humano.» p. 69

«Este Hijo es un dios que caminó, un dios peatón, y encima en un lugar cálido, con un paso como el de cualquier humano, con sandalias que apenas le protegían los pies de las rocas que se encontró en el camino.» p. 69

Personalmente, leer estas líneas me renueva la capacidad de asombro ante la vida de Cristo. Es Dios quien tiene la iniciativa de llegar al hombre y darle vida en abundancia, y esto jamás dejará de ser maravilloso, pero es necesario que nosotros nos dejemos maravillar.

 

*La paginación está tomada de la edición en español de Ediciones Destino.

Lee más textos del autor de este artículo en: www.falsoconfalso.wordpress.com

Por favor, síguenos y comparte: