Grupos de creyentes acompañarán a los padres de familia de los normalistas de Ayotzinapa, secuestrados y desaparecidos hace cuatro meses, para pedir justicia |

Por Gilberto Hernández García |

El colectivo «Comunidades para la justicia y la paz» (COMJUPAZ), conformado por representantes de congregaciones religiosas; y el colectivo «Iglesias por  la paz» (IPP), han convocado una Celebración Ecuménica en acompañamiento a las familias de los normalistas de Ayotzinapa, secuestrados y desaparecidos el pasado 26 de septiembre de 2014. La ceremonia tendrá lugar el lunes 26 de enero en la Estela de luz -rebautizada ahora como «Estela de Paz»- a partir de las 3 de la tarde.

Oraccion 26 de enero (1)«Somos hombres y mujeres de fe de diferentes tradiciones que como ciudadanos de este país y como creyentes nos vemos lastimados por la situación social crítica que azota a México, y que no puede esperar más para ser remediada», señala la invitación a este acto religioso previo a la marcha que por la tarde se dirigirá al Zócalo desde el Audiorio Nacional.

En la convocatoria se lee: «No tenemos más que nuestros valores religiosos que nos dan sentido de vida y esperanza. Sabemos que estos valores son requeridos con urgencia en esta dramática situación. Desde nuestra fe y en solidaridad con ustedes y muchas otras personas que han sido víctimas de la violencia, queremos contribuir  en la construcción con una sociedad de justicia y paz».

Los y las convocantes apuntan que los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa son parte de una de las realidades más dolorosas e inhumanas que afectan a nuestra patria, son jóvenes que dan nombre a otros mucho, incontables, jóvenes que han perdido su rostro, su historia, su dignidad, en este absurdo desprecio a la vida por una incomprensible ambición de riqueza fincada en los más oscuros sentimientos humanos.

«La esperanza en el futuro es confianza en el presente del hombre, por ello la esperanza se transforma en compromiso con el prójimo. La esperanza no es pasividad, no es indiferencia, tampoco enajenación y menos huida del mundo, sino una actitud decidida para la transformación de la historia de iniquidad. La confianza en Dios es confianza en la posibilidad humana de alcanzar la redención, porque Dios quiere que todos los hombres se salven».

COMJUPAZ e Iglesias por la Paz son claros al afirmar: «Juntos podemos construir un mundo más digno, más allá de la retórica hueca de algunos políticos, y la manipulación de los medios por ocultar la realidad; más allá de la degradación de los criminales, o de la violencia estéril que trata de exterminarlos está un pueblo con un corazón noble que necesita de líderes con autenticidad para levantar nuestro presente y esperar un futuro mejor».

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