Por Jesús V. Picón|

Siguen los ecos de la pasada noventa y nueve “Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano” (realizada  del 13 al 17 de abril del presente año), causando e impulsando un ambiente de gracia y motivando iniciativas a favor de los jóvenes en todas las diócesis de México.  Eva Esperanza Vite Hernandez secretaria de la Pastoral Juvenil Universitaria Nacional,  quien vivió de cerca la asamblea con los obispos de México, compartió con El Observador sus impresiones, retos y compromisos de los jóvenes y de sus obispos.

¿Cómo se vivió la asamblea plenaria con los obispos de México?

Se vivió  en un ambiente de alegría, escucha y mucha entrega tanto de parte de los obispos, del equipo de la DEMPAJ y de todos los jóvenes, asesores religiosos y laicos que estuvieron participando con su oración desde diferentes puntos del país. El ambiente fue muy enriquecedor al escucharnos mutuamente, obispo a jóvenes y joven a obispo. Nosotros, en el equipo, hemos descrito este momento como un momento de gracia, un momento que indudablemente está marcado en nuestras vidas y en la historia de la pastoral juvenil.

El trabajo realizado dentro de la asamblea es fruto del trabajo que preparamos desde hace un año, cuando se  nos comunicó que seríamos los responsables de la temática, representó una gran alegría para nosotros, pero al mismo tiempo un gran reto; fue un  trabajo en equipo de toda la pastoral juvenil de la nación, a partir de un video, de la realización de entrevistas previas a la asambleas a los obispos, a los equipos diocesanos y a jóvenes de diferentes ámbitos específicos.

La metodología que se utilizó fue el proceso de revitalización, fascinar, escuchar, discernir, convertir. El momento del fascinar se dio con  una conferencia por Mons. Francisco Moreno, “Los jóvenes en el corazón de los obispos”; se presentaron los resultados de las entrevistas a obispos y se hizo un trabajo por provincia. Concluyó con un mensaje personal de cada obispo, mencionando lo que el joven significa para él.

En la escucha se presentó un foro sobre la realidad de la evangelización de los jóvenes en México, expuesto por asesores y jóvenes delegados provinciales. Se presentaron resultados de entrevistas a obispos, equipos diocesanos, jóvenes en la calle y un video con participación de jóvenes de realidades específicas.

En el discernir se estudió cual sería la voz de los obispos para los jóvenes y la detección de acciones concretas por provincias para hacer realidad la evangelización de los jóvenes de acuerdo con los desafíos que ya se habían escuchado;  y se concluyó con el convertir, asumiendo signos como la Jornada Nacional de la Juventud, el día Nacional de la Juventud y tres  acciones concretas por provincia.

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¿Qué es lo que más le preocupa a los obispo de sobre los jóvenes en México?

Son varias cosas, entre las principales se encuentra la secularización y consumismo desmedido en que se encuentra inmerso el joven; la desintegración familiar, que genera vacíos de cariño, atención y falta de experiencia de vida cristiana; así como, la falta de esperanza que genera la situación socioeconómica política del país, falta de trabajo digno y suficiente, competitividad excesiva y agresiva, inseguridad social… circunstancias que afectan e inciden directamente en los jóvenes

¿Qué compromisos adquirieron en favor de los jóvenes?

Uno de los compromisos fue el acompañamiento más cercano hacia los jóvenes; nos dio mucho gusto ver a mitad de la asamblea sus mensajes en las redes sociales, diciendo ¨Me comprometo más a acompañarlos¨; algunos escribieron cartas a sus jóvenes.

También en cada provincia se plantearon tres acciones concretas que  impulsarán junto a sus equipos diocesanos.

Se votó por la creación de la Jornada Nacional de la Juventud, vivida cada año en una instancia diferente, a nivel diócesis, a nivel nacional.Otro fruto fue el establecimiento del Día Nacional de la Juventud Católica, el domingo siguiente al 12 de agosto.

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¿Qué se llevaron los obispos a sus diócesis?

Un corazón fascinado que genera un gran compromiso de buscar los medios para hacer efectiva la evangelización de los jóvenes en sus diócesis, teniendo a los jóvenes como destinatarios y protagonistas prioritarios, a realizar un trabajo en comunión con sus equipos diocesanos y a procurar los recursos necesarios para la pastoral juvenil.

Dos itinerarios:

  1. Proceso evangelizador para jóvenes.
  2. Formación a partir de los lugares bíblicos.

¿Qué acciones se llevarán a cabo en sus diócesis?

Dependerá de la realidad de cada diócesis; lo que sí es un referente es que será un trabajo en conjunto entre el obispo, sacerdotes  y los jóvenes de sus diócesis.

¿Qué fue lo que más te impactó de esta asamblea plenaria?

Lo que más me impactó fueron dos cosas: primero, el trabajo y compromiso de los obispos, la escucha y apertura ante la metodología con que se manejó la asamblea; cuando los escuchábamos hablar sobre lo que les preocupaba y la actitud de querer hacer una diferencia, hubo una pregunta que nos hicieron: “¿Y ustedes, jóvenes, cómo nos ven a nosotros los obispos?”. Te dice mucho esta pregunta por qué significa que están abiertos al diálogo, que les importa también cómo los vemos.

Y la segunda cosa que me impactó fue el trabajo impresionante que se hizo como equipo, un pequeño grupo representando a todos los jóvenes en la asamblea pero trabajando todos desde las diócesis. Los jóvenes hicieron entrevistas, estuvieron en constante oración y despidieron a su obispo antes de llegar a la asamblea; me impresionó el acompañamiento que estuvieron haciendo de cerca durante la asamblea.

¿Cuál sería el mensaje de los jóvenes que participaron en la asamblea?

El mensaje sería a dos destinatarios: a nuestros  queridos obispos por dejarse fascinar por el espíritu de la pastoral juvenil, por la apertura y escucha a los jóvenes del país durante la asamblea, pero, sobre todo, por la disposición para ir a sus diócesis a impulsar el trabajo en conjunto para encontrar medios y  lograr que el joven sea destinatario y protagonista prioritario de la evangelización.

Y a los jóvenes del país compartiéndoles que el Señor nos ha dado un momento de gracia a la pastor juvenil; hoy nuestros obispos, revitalizados en su opción preferencial por nosotros, buscarán de nuestras manos, ideas, alegrías y medios para lograr que la civilización del amor sea una realidad trabajando en conjunto y poniendo nuestras fuerzas y riquezas.  Que la virgen de Guadalupe, Patrona de México nos acompañe en este caminar.

 

 

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