Por Antonio MAZA PEREDA | Red de Comunicadores Católicos |

No se avanza. La economía mundial está más que estancada. También la economía de México. Y no es cosa de decir que hay otros que están peor: se acabó el tiempo de las vacas gordas y estamos en el de las vacas flacas. Los diagnósticos son lastimosamente incompletos, cortoplacistas, y no conducen a soluciones. No es un tema de intereses, paridades, medidas monetarias o ajustes fiscales. Medidas de austeridad algo sirven, en el corto plazo, pero no generan nuevos mercados.

¿Dónde está un nuevo Keynes, dicen algunos? Aunque la cruda realidad es que las medidas keynesianas no lograron soluciones definitivas: EEUU solo salió de la gran depresión mediante la Segunda Guerra Mundial. Porque, históricamente, las grandes crisis económicas se han resuelto por la guerra, el hambre o la emigración. Las grandes oleadas de emigraciones irlandesas, suecas e italianas, corresponden a las grandes depresiones o hambrunas en esos países.

Descartando esas situaciones tan dolorosas, ¿qué opciones hay? Si lo supiera, no estaría yo aquí escribiendo: estaría enriqueciéndome vendiendo la solución a los países poderosos. Pero la única solución que veo es la de encontrar nuevos mercados. La mayoría de los países emproblemados tienen un elevado desempleo, una capacidad productiva desocupada y poblaciones envejecidas a las que hay que sostener, que consumen poco y no pueden impulsar la economía. El caso de libro de texto es Grecia, pero con menor gravedad ocurre en la mayoría de Europa y en Japón, que empieza a medir su estancamiento en décadas.

Hablando hace poco con un español, que me hablaba de sus medidas de recorte presupuestal, reducción de intereses y asuntos similares, le preguntaba: ¿Dónde están sus nuevos mercados? Para lo cual no tuvo respuesta. ¿Cuáles son sus nuevos productos, empresas, modelos de negocio? Otra vez, silencio. Y eso se repite en muchos países de Europa. ¿Cuáles son los nuevos mercados de Grecia? Buena pegunta. ¿Recuerda Usted algún producto griego de exportación? ¿Alguna marca griega de alcance mundial? Si lo sabe, mis respetos. Y ahora, que con las medidas de austeridad, han quitado las exenciones de impuestos a sus sitios turísticos, y que los europeos tienen poco dinero para turistear, su situación se ve bastante difícil.

Ante esta triste situación, una nación europea está creciendo, modestamente, pero sólidamente: Alemania. ¿Qué hace la diferencia? Cuando se derrumbó la zona Soviética, Alemania Occidental absorbió a la Alemania Oriental, con una economía muy débil, una población con muy  bajo poder adquisitivo. Y se dedicaron a poner al día a Alemania Oriental. No solo esto: empezaron a ofrecer ciudadanía a las minorías de habla germánica, que existían en varios países de la órbita soviética. Esto generó un gran mercado interno para el cual había que crear capacidades, nuevos productos, construcción, etcétera. Y es un proceso que no ha terminado y que sigue dándole a la economía germana un mercado hacia el cual pueden seguir creciendo. Podría decirse que Alemania está siendo recompensada por su generosidad al ayudar a las poblaciones que absorbió al terminar la Guerra Fría.

Y para otros países, ¿Dónde están los nuevos mercados? A riesgo de equivocarme, digo que lo único que puede generar crecimiento mundial, es ayudar a los países pobres y de economía intermedia a desarrollar en serio sus economías. Ayudarlos a que produzcan, no a que compren los  productos elaborados de los países ricos.  No dar limosnas disfrazadas de “ayudas” que solo dan alivio a corto plazo. Hacer que haya más economías prósperas. Actuar en serio contra la corrupción y no propiciarla como hacen muchas de sus empresas. Cuando los africanos tengan el nivel de consumo que tienen los países pobres de Europa, como Grecia, por ejemplo (pobres comparados al nivel europeo, pero ya quisiéramos tener su ingreso per cápita) habrá para el Mundo mercados nuevos que impulsarán la economía de todos.

Y,  a propósito, en México tenemos una situación similar. Nuestros 50 millones de pobres son una enorme oportunidad. Elevarlos al nivel de la clase media generaría un impulso que nos ayudaría a dejar de crecer a los niveles ridículos que lo estamos haciendo. Nada simple. Tendríamos que dejar posiciones ideológicas obsoletas que nos impiden dejar de ver al pobre como sujeto de lástima y limosnas o como una clientela que nos genera votos a cambio de dádivas, y verlos como sujetos de su propio desarrollo. Tendríamos que combatir en serio a la corrupción a todos los niveles. Tendríamos que hace sacrificios, no hay duda. Y a nadie nos gusta hacerlo.

Los apoyos filantrópicos a los pobres solo generan soluciones a corto plazo y crean dependencia. Pueden ser muy  necesarios, como una solución  de emergencia, pero no sirven a largo plazo. Son soluciones heroicas, pero no se pueden estar usando a tiempo completo. Es como si un enfermo tiene que amputarse un miembro para evitar la muerte. Hay que hacerlo, no hay duda. Pero esa es una solución de emergencia: no puede seguírsele amputando miembros al enfermo permanentemente. Hay que ir a la causa y resolver de fondo.

Creo que tenemos delante una gran oportunidad: una población del tamaño de muchos países europeos: los mexicanos pobres. Por solidaridad, por amor a los nuestros, hay que ayudarlos: pero ahí está también la solución a muchos de nuestros problemas económicos. Se dice que cuando no hay opciones, no hay estrategia. Solo hay la obligación de seguir ese camino. Y, a largo plazo, no veo otro remedio que resuelva seriamente estos males mexicanos y mundiales.

@mazapereda

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