La Comunidad Sant’Egidio, junto a las Iglesias católica y ortodoxa de Albania, han promovido la iniciativa de realizar el Encuentro Internacional, «La paz siempre es posible – Religiones y Culturas en diálogo», que se celebrará en Tirana entre el 6 y el 8 de septiembre.

Se trata de un gran evento en el «espíritu de Asís» (primera Oración por la Paz que impulsó Juan Pablo II en 1986 en la ciudad de san Francisco) que este año tendrá un carácter especial, no solo por el actual escenario de guerras y conflictos de distinta índole, sino también por el aumento de un nuevo sujeto: la fuerza pacífica de las religiones que se opone a la violencia con propuestas concretas y factibles.

«Ya hace años que asistimos a guerras que nadie parece tener la fuerza o la voluntad de detener, como la que se libra en Siria, y que provocan cada día nuevas víctimas, alimentando la desesperación de las poblaciones civiles y enfrentan a etnias y confesiones religiosas, que hasta hace poco formaban parte de un marco de convivencia. Si la comunidad internacional no es capaz de imponer ni siquiera una tregua humanitaria es necesaria una movilización popular que logre dar voz a todos aquellos que ven en la emigración su única vía de salida a costa de peligrosas travesías hacia Europa», señala en un comunicado la Comunidad Sant’Egidio.

Se espera que la asamblea inaugural incluya un importante mensaje del papa Francisco. A lo largo de tres días, en decenas de mesas redondas, se alternarán los más importantes líderes religiosos de Europa y del Mediterráneo, de Asia y de África, junto a exponentes de la cultura y de las instituciones. A estos últimos se dirigirá un fuerte llamamiento para que se apliquen treguas humanitarias y se ponga en marcha el complejo y al mismo tiempo indispensable trabajo de construcción de la paz. Se apelará a todas las instituciones internacionales pero especialmente Europa, que se encuentra en una disyuntiva: cerrar sus puertas y envejecer tristemente o aceptar los nuevos desafíos a los que hace frente, como el de la paz, la acogida y la integración.

El evento tendrá también un carácter popular: cada día se amplía el número de aquellos que –de toda Europa y de otras partes– se unirán, a principio de septiembre, como peregrinos de paz para asistir al encuentro en la capital albanesa.

¿Por qué precisamente en Albania? Porque para construir la paz hay que empezar por las periferias. El papa Francisco, hace un año, empezó por allí a visitar Europa. Y hoy precisamente aquel pequeño país, en el que vive el mayor grupo musulmán del viejo continente, se ha convertido en un modelo de convivencia entre las religiones y las culturas, un interesante laboratorio en el que, durante tres días, se abordarán los temas relacionados con la paz como el desarrollo sostenible, las emergencias medioambientales (que afectan a todo el planeta y también a la capacidad de vivir de muchas periferias de las megalópolis mundiales) y las desigualdades sociales.

Habrá muchos testigos de países en conflicto como Siria, Iraq, Nigeria, Mindanao (Filipinas) y Libia, para que todos escuchen sus voces y contribuyan a la construcción de la paz.

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