Por Baltazar López Jiménez y Ana Paula Morales Martínez | AYUDA A LA IGLESIA QUE SUFRE

 

La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre México y la Parroquia de los Asuncionistas, la Emperatriz de América, montaron una ofrenda de muertos en favor de los cristianos perseguidos. Reconociendo el valor de las tradiciones mexicanas, que honran a los fieles difuntos, este año, han decidido dedicar esta ofrenda a todos los cristianos que han muerto víctimas de la persecución religiosa. Efectivamente, siendo que el cristianismo es la religión más perseguida del planeta, el s. XX ha visto más mártires que los diecinueve siglos precedentes.

Este homenaje recuerda en manera particular a los cristianos perseguidos en Oriente Medio. Así lo reconoció el Patriarca Ignace Youssif III cuando declara que los cristianos buscan salir del infierno de Irak y Siria. Bástenos recordar los testimonios de Mons. Boulus Faray Rahoo y de Raghedd Ganni, joven sacerdote de 35 años, ambos asesinados por parte de grupos extremistas.

Sin embargo, aun en la oscuridad de la noche, brilla una luz de esperanza ante la bondad de un matrimonio turco que en su celebración de bodas recibió refugiados sirios o la generosidad del joven millonario norteamericano, Christopher Catrambone quien cedió la mitad de su fortuna como beneficencia para los prófugos desplazados con motivo de las olas de violencia que se han desatado últimamente, y quien además con su esposa y su hija rescatan refugiados en los veranos en las costas de Europa.

Como nuestro diría nuestro fundador el Padre Werenfried Van Strateen “Nuestros hermanos perseguidos, son la élite de la Iglesia”

La ofrenda de muertos va acompañada del siguiente texto parafraseando textos bíblicos sobre la persecución.

¡Oh Tierra mía, cuánto lloro por ti! Siria, Irak, Israel, Palestina, Yemen… ¡Cómo se cumplen en ti las profecías porque no reconociste el mensaje de paz! ¡Cuántos discípulos míos, sintiendo la sombra amenazadora de la media luna, inminente como guadaña sobre sus cabezas, se habrán identificado con los sentimientos de San Pablo!

Yo estoy ya a punto de ser ofrecido en sacrificio; el momento de mi partida está muy cerca. He combatido el buen combate, he concluido mi carrera, he conservado la fe; sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida. (2 Tim, 4, 6-8)

Y, como profetizó San Juan: se vio una gran multitud de todas las naciones y lenguas, que estaba delante del trono, que había lavado sus ropas en la sangre del Cordero. (Ap, 7, 9-10) Recuerda, Esmirna, que yo conozco tus obras y tu tribulación. No temas en nada lo que vas a padecer. Sé fiel hasta la muerte y Yo te daré la corona de la vida (Ap, 2, 8-11). Al final de los tiempos vendrá una mujer vestida de sol y con la luna debajo de sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. Ella dará a luz a un hijo quien vencerá a Satanás (Ap. 12, 1-17)

Bienaventurados ustedes cuando por mi causa los vituperen y los persigan, y digan toda clase de mal contra ustedes, mintiendo. Alégrense y regocijen, porque su recompensa será grande en los cielos (Mt, 5, 11-12).

scO3G4u6 NFKULwyNT9a_n_WlkkMLST4H

Por favor, síguenos y comparte: