Por Edith BARRAGÁN| El puente |

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), una persona se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social. Esta carencia se mide a partir de seis indicadores específicos que son: rezago educativo, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a alimentación. Además, el ingreso de una persona en esta situación es insuficiente para adquirir los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias.

En México el 46.2% de la población es pobre. Son casi 55 millones de mexicanos que tienen carencias sociales muy significativas y casi dos millones más que en 2012.

Para comprender y entender la pobreza y su impacto social ésta se ha dividido en:

Pobreza extrema: cuando la persona tiene tres o más carencias de los seis rubros mencionados y que además se encuentre por debajo de la línea de bienestar mínimo. Esto significa que las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicase por completo a la adquisición de alimentos no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana. Cabe mencionar que los ingresos en esta categoría se traducen en 868 pesos en una familia rural y mil 242 pesos en una familia urbana. Existen más de 11 millones de mexicanos en esta situación.

Pobreza alimentaria: es la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, es decir, no alcanzaría todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta. Más de 23 millones de mexicanos no son capaces de cubrir sus necesidades de alimentación. Pobreza moderada: quienes siendo pobres no llegan a la línea de la pobreza extrema. Este grupo corresponde al 36.6% de la población.

En 2014, el Comité de Oxford para la Erradicación del Hambre (Oxfam, por su acrónimo en inglés) publicó un documento titulado Gobernar para las élites, donde señala que “… las 85 personas más ricas del mundo controlan tanta riqueza como la mitad más pobre de la población mundial. Una pequeña élite que podría caber en un yate pequeño acumula la misma riqueza que la mitad de la población más pobre del planeta. Las élites ricas se reparten el poder político para manipular las reglas del juego económico, socavando la democracia y creando un mundo en el que las 85 personas más acaudaladas acumulan tanta riqueza como la mitad de la población más pobre del planeta junta”. Esto significa que menos del 1% de la población mundial concentra la riqueza disponible, poniendo en riesgo la estabilidad de todos los países, pues con los recursos que tienen pueden manipular las leyes a su favor, es decir, también poseen poder político.

En México las cuatro personas más ricas del país representan el 9% del PIB (Producto Interno Bruto) mientras más de la mitad de los mexicanos (54.4%) permanecen en pobreza. Este país alberga a más de 23 millones de personas que no pueden adquirir una canasta básica, pero también a uno de los hombres más ricos del mundo.

Algunas estimaciones no oficiales sobre desigualdad, como la del Global Wealth Report 2014 de Credit Suisse, señalan que el 10% más rico de México con- centra el 64.4% del total de la riqueza del país. Por otro lado, un reporte de Wealth Insight (2013) revela que en 2012 había en México 145 mil individuos con una riqueza neta superior a un millón de dólares (sin incluir el valor de su residencia habitual). En conjunto, sus riquezas ascendían a un total de 736 mil millones de dólares. Estos millonarios —menos del 1% de la población total— concentraban en ese año alrededor del 43% de la riqueza total del país. El reporte de Wealth Insight menciona que sus recursos exceden por mucho el promedio que corresponde a los millonarios en otras partes del mundo, quienes concentran apenas el 29% de la riqueza de sus respectivos países. El reporte también señala que el número de millonarios en México creció un 32% entre 2007 y 2012.

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