Por Chucho Picón | @Chuchopicon

Entre la nieve y con 30 grados bajo cero, miles de hispanos peregrinan al Cerrito de Guadalupe en Des Plaines, Illinois, cada 12 de diciembre. Aunque por estos días es cuando recibe a cerca de 200 mil visitantes, durante el año se registra hasta un millón.

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El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe del cerrito en Des Plaines, Illinois, se ha convertido, después de la Basílica de Guadalupe, en el más visitado. Al año recibe a un millón de peregrinos. Es el centro mariano más grande del medio oeste de los Estados Unidos. Los visitantes son hispanos en su mayoría. Acuden al cerrito en busca del amor maternal de la Virgen de Guadalupe para sanar sus heridas, sus tristezas. El Observador conversó con el exrector del Santuario, el padre Marco Mercado, y nos compartió algunos detalles de este recinto.

Lugar de peregrinos y pensado por peregrinos
«Menos de 10 católicos hispanos en 1986 llegan a este lugar como peregrinos y son acogidos por el padre John Smith, en ese entonces director de Maryville. Ellos buscaban un lugar para poner una pequeña imagen de la Virgen de Guadalupe, con la idea de tener un pequeño nicho para rezar el Rosario. Llegaron el 4 de julio del año mencionado.  Entonces sucede el milagro, pues resulta que la gente adoptó el lugar y lo nombra «el cerrito de Des Plaines», el cerrito de la Virgen de Guadalupe».

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«Diez años después (en 1996), ya se contabilizan más de 100 mil personas que visitan el Santuario el 12 de diciembre. Ese mismo año también se estimaron entre mil 500 y 2 mil personas que venían a Misa los domingos. Actualmente, los domingos recibimos a 15 mil».

«Ahora, tras 26 años, cada 12 de diciembre se reciben, aproximadamente, entre 140 y 150 mil personas si la fecha cae entre semana, pero si el 12 de diciembre cae en fin de semana podemos llegar hasta los 200 mil. Hay que considerar que todo es al aire libre con una temperatura de 20 grados bajo cero. El año pasado hubo peregrinos que caminaron entre la nieve, toda la noche, con temperaturas de 30 grados bajo cero, para llegar en la madrugada del 12 de diciembre. En este Santuario los peregrinos pueden pagar sus mandas».

Dijo que no volvería y ahora es servidora
La servidora de origen hispano, Vilda Querubín, tiene dos años en el Santuario y se siente acogida por la Virgen María.  «A mí, como migrante que vengo de México, me dice: ‘aquí estoy yo, ven, eres bien recibida’. Me siento muy contenta de estar en este santuario»

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Querubín considera que el Santuario a María de Guadalupe es «un refugio para los migrantes; ellos vienen con mucho fervor, con mucha pasión a buscar ese amor de madre. La Virgen María, está haciendo muy buen trabajo de evangelización, es la maestra de la evangelización, está trayendo a muchos católicos a los pies de Jesús».

En su primera experiencia en el Santuario, Querubín fue invitada por un amigo un 12 de diciembre. «Soy muy católica pero no tenía una relación con la Virgen María. Entonces un amigo me invitó a venir un 12 de diciembre. Tenía mucha curiosidad y vine, pero hacia tanto frio que dije: ‘jamás vuelvo a poner un pie aquí’. Y, lo que son las cosas, acá me trajo la Santísima Virgen y nunca me imaginé que aquí sería mi hogar. Estoy enamoradísima de este lugar, de las actividades, de mi grupo de jóvenes, pero sobre todo de Jesús.

Vilda Querubín invita a los jóvenes a confiar en la Santísima Virgen María de Guadalupe, pues dice: «ella es nuestra Madre. Hay quienes no tienen a su madre terrenal, pero aquí está su madre que los cuida».

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