«La Iglesia católica en el estado de Guerrero se ha comprometido, desde hace unos años, en la construcción de la paz y la atención integral a las víctimas de la violencia». Es lo que dice el arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, en una reflexión recién publicada.

el prelado señala que la arquidiócesis de Acapulco ha asumido el compromiso de evangelizar para que «con la fuerza y la luz del Evangelio, aportemos valores y principios que transformen a las personas desde su dimensión espiritual para que se conviertan en constructoras de paz en la vida cotidiana». Además destacó que «para construir la paz son necesarios los valores de la reconciliación y el perdón, que implican siempre el reconocimiento de la verdad y la exigencia de la justicia».

Los obispos de las diócesis guerrerenses han hecho constantemente un llamado urgente a las autoridades para que antepongan siempre el bien de los pueblos antes que cualquier otro interéss político o partidista: «Es necesario que protejan las instituciones públicas de cualquier signo de orden criminal para recuperar la confianza de los ciudadanos. También les pedimos que hagan una opción preferencial por las víctimas de las violencias, lo que pedimos también a la sociedad, a las organizaciones y las personas para superar la indiferencia y  participar de una manera responsable, privilegiando el diálogo y la búsqueda del bien común», enfatiza monseñor Garfias.

«Como Iglesia católica en Guerrero seguiremos orado por los miles de desaparecidos en su mayoría jóvenes.  A las familias les ofrecemos el consuelo y la esperanza de la fe. Las invitamos a encontrar juntos el camino de la verdad, justicia, perdón  y reconciliación. Como Iglesia queremos aportar lo que especificamente nos corresponde: acompañar a nuestros pueblos en sus esperanzas y en sus sufrimientos, en sus anhelos y luchas para tener una sociedad justa y pacífica», concluye el arzobispo Garfias.

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