El Papa Francesco aprecia el trabajo de la Fundación, inspirado en la doctrina social de la Iglesia. En economía y finanzas, “sabemos que las cosas pueden cambiar”. La pobreza “fenómeno humano y no meramente económico”. El desempleo “ha tomado proporciones muy trágicos, tanto en los países desarrollados como en aquellos en vías de desarrollo”.

En varias ocasiones el Papa Francisco se ha referido al desempleo como uno de los males de nuestro tiempo. Pero ahora el problema “ha asumido proporciones verdaderamente dramáticas”, por lo que el Pontífice insiste en la urgencia de afrontar tal problemática, sobre todo en un contexto en el que surgen cada vez más nuevas y refinadas tecnologías que podrían afectar sobre todo a los jóvenes incapaces de “promoverse a sí mismos”.

La denuncia fue expresada por el Papa durante la audiencia a la Fundación Centesimus Annus – Pro Pontifice sobre el tema “Alternativas constructivas en una fase de desequilibrios globales. Empleo y dignidad del individuo en la era digital – Incentivos a la solidaridad y a la virtud cívica”.

El centro de la discusión es, principalmente, la “cuestión crucial de la creación de trabajo en el contexto de la nueva revolución tecnológica en acto”. “¿Cómo no podríamos estar preocupados por el grave problema del desempleo de los jóvenes y de los adultos que no disponen de los medios para promoverse a sí mismos?”, preguntó Francisco. “Es un problema que ha asumido proporciones verdaderamente dramáticas”, afirmó, tanto en los países en vías de desarrollo como en los países desarrollados y que, por lo tanto, exige ser afrontado, “por un sentido de justicia entre las generaciones y de responsabilidad por el futuro”.

 

Desempleo y su repercusión en la familia

De manera análoga, aconsejó el Papa, “los esfuerzos para afrontar el conjunto de las cuestiones enlazadas con el desarrollo de las nuevas tecnologías, con la transformación de los mercados y con las legítimas aspiraciones de los trabajadores, deben considerar no sólo a los individuos, sino también a las familias”. Considerando que “la incertidumbre en las condiciones laborales aumenta la presión y los problemas de la familia y tiene un efecto sobre la capacidad de la familia de participar fructuosamente en la vida de la sociedad”, subrayó el Papa Bergoglio.

 

Escuchar a los pobres

Francisco pidió “un cambio de actitud, de opiniones y de estilo de vida”, esenciales “para construir un mundo más justo, libre y en armonía”. Un mundo que luche verdaderamente en contra de la pobreza, que “exige una mejor comprensión de ella como un fenómeno humano y no meramente económico”.

“Muchas personas se comprometen para unir a la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, puesto que sabemos que las cosas pueden cambiar”, subrayó. “Promover el desarrollo humano integral —añadió— exige implicación con las necesidades y los anhelos de la gente. Requiere escuchar a los pobres y su cotidiana experiencia de privaciones múltiples y sobrepuestas, ideando respuestas específicas a situaciones concretas. Ello requiere dar vida, en el interior de las comunidades y entre las comunidades y el mundo de los negocios, a estructuras de mediación capaces de reunir a las personas y los recursos, iniciando procesos en los cuales los pobres sean protagonistas principales y beneficiarios. Este enfoque de la actividad económica, basado en la persona, alentará la iniciativa y la creatividad, el espíritu empresarial y a las comunidades de trabajo y de empresa, de modo que se pueda favorecer la inclusión social y el crecimiento de una cultura de solidaridad eficaz”.

 

 

 

 

 

 

 

 

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