PASOS PARA EL PERDÓN Y LA RECONCILIACIÓN | Por Leonel NARVÁEZ GÓMEZ | Fundación para la reconciliación |  Sexto paso hacia el perdón: Construimos Verdad |

En los cinco pasos anteriores hemos subrayado que el perdón es en un acto heroico, un salto evolucionario significativo y un posicionamiento político de gran valor. La travesía hacia la reconciliación  no  lo es menos, sobre todo porque implica recorrer 5 etapas o pasos que demandan igual o más esfuerzo: construir verdad, garantizar justicia,  realizar reparación, acordar un pacto de no repetición y celebrar la nueva relación que nace.

Tratándose de temas tan sensibles se recomienda que estos pasos tengan la mediación de una tercera persona que garantice ambiente de comunicación asertiva. De lo contrario, la reconciliación se vuelve demasiado penosa sino imposible. Esta etapa comienza entrenando a los participantes en pequeños grupos para ejercitar formas de comunicación asertiva.

Luego, se acompaña a los participantes para que trabajen  en las varias perspectivas de aproximación a la construcción de verdades. Una historia sencilla como la que sigue, suscita profundas discusiones: se escuchó una voz en el bosque que decía: animales peligrosos la gallina, el pato y el gorrión; animales inofensivos el tigre, la pantera y el león. Esto le decía la mamá lombricita, a sus hijas antes de dejarlas solas en el bosque”.

Una vez que hemos entendido que la verdad se construye colectivamente y desde diversas ángulos, los participantes reunidos en grupos de 3 personas, hacen el esfuerzo de enmarcar en tres perspectivas o lógicas la ofensa que vienen trabajando: primero, la lógica de los acontecimientos, o sea, en estricto sentido, contar los hechos como sucedieron; segundo, la lógica del sentido, que invita a los participantes a preguntarse y responder por las razones que explican por qué sucedió la ofensa; y tercero, la lógica de la necesidad o de la existencia, que plantea los imperativos del cuidado, del respeto de la vida, pero sobre todo la necesidad de emprender el camino del descongelamiento, como en las imágenes de las películas, teniendo en cuenta que la ofensa es profundamente conservadora y la vida precisa continuar. Descongelarse es aquí sinónimo de liberación, de construcción de condiciones éticas para el proceso de reconciliación, de elaboración de pactos de convivencia.

Se busca así trascender el imperio de los acontecimientos, desentrañar la lógica del sentido, la explicación de las razones de los eventos agresivos, para promover una existencia afianzada en la valoración de la vida y de la no violencia. Una vez más, aquí se pasa de la verdad de los tribunales que sirve para inculpar o disculpar, a la verdad de la compasión y de la bondad que libera. Es así como se facilita la comprensión de las circunstancias históricas en las que la ofensa se inscribe en narrativas más complejas, en las que la atribución de la culpa a un ofensor sea   señalamiento, a la vez, de las  circunstancias, del contexto y de la responsabilidad ampliada. La historia tanto del ofensor como de la víctima se hace menos personal, más periférica y ligada a su entorno y biográfica, con el fin de favorecer la comprensión del fenómeno singular en el contexto de las pluralidades que lo generan. Sin negar, las excepciones que ello tiene, cuando las partes logran aceptar corresponsabilidad en lo ocurrido, en este momento se   da el quiebre que promueve la reconciliación.

Como ritual de cierre, se ofrece a los participantes pinceles y colores y se les invita a que cada uno pinte lo que le parezca conveniente en  las paredes de una vasija de barro. Cuando todos han dado sus aportes y se muestran orgullosos de la esplendorosa vasija que han pintado, el facilitador la deja caer y se rompe en pedazos. Ante la mirada atónita de los participantes, el animador les recuerda que esa misma es fragilidad es propia de la realidad humana: se rompe y es necesario rehacerla y pegarla. Empezar juntos por encontrar las partes de tal modo que coincidan y recuperar la forma de la vasija es el gran trabajo al que invita este paso: entre todos construimos la verdad y  reparamos las condiciones de vivir en dignidad, cuando se ha fragmentado y violado el pacto social como consecuencia de la ofensa, además de las múltiples secuelas, que deberán superarse mediante diversas formas de la reparación: material, simbólica, psicológica, moral, física, en derechos, y todas aquellas otras susceptibles de exigencia en un proceso de reconciliación.

 

 

 

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