AGENDA INTERNACIONAL | Georg EICKHOFF |

En seis cientos mil personas se estima el número de los indocumentados que viven en la ciudad de Houston afectada recientemente por el huracán Harvey que dejó por lo menos a 60 muertos. La mayor ciudad de Texas tiene alrededor de 2.3 millones de habitantes en total. Los indocumentados son más de una cuarta parte de la población.

Un huracán causa pavor por la destrucción que dejan atrás el viento y las aguas. Los indocumentados, además, temen la policía de extranjería. Quizás no fue una idea tan útil que pequeñas embarcaciones de la policía de fronteras prestaran ayuda en las calles inundadas de Houston. Rápidamente se difundió el rumor entre los afectados que las autoridades estaban aprovechando la situación para hacer redadas contra indocumentados.

El alcalde de Houston Sylvester Turner, miembro del partido demócrata y de piel negra, mandó una serie de mensajes por Twitter. “No vamos a pedir documentos ni estatus migratorio en ningún albergue”, aclaró, en español, la policía local de Houston. El alcalde y más de 100 mil otras personas reenviaron este tuit.

El día 4 de septiembre, el alcalde, reenvió un mensaje de la propia autoridad de fronteras (CBP) a sus 50 mil seguidores: “Como hemos afirmado numerosas veces, la CBP está apoyando las operaciones de ayuda después del huracán y no la aplicación de las leyes migratorias”.

Entre los mensajes relacionados con las acciones de los entes públicos frente a la emergencia del huracán y el estatus legal de los indocumentados hay que resaltar las frases que el gobernador republicano de Texas Greg Abbott expresó al canal de televisión MSNBC, el día 1ro de septiembre: “Todo el mundo está ahora enfocado en proteger la vida. Todos tenemos una alta estima por la vida. Queremos garantizar la seguridad de todas las vidas y estamos preparados a tomar todas las medidas para hacerlo.”

Abbott es católico, casado con Cecilia Phalen de descendencia mexicana. Tienen una hija adoptiva. Después de un accidente causado por los remanentes de una tormenta cuando un árbol cayó sobre él, Abbott usa una silla de ruedas. El reciente huracán enseñó a muchos, en las palabras de Abbott, qué significa la defensa de la vida.

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