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El Papa Francisco ha concluido su visita pastoral a Filipinas, a donde había llegado el pasado 15 de enero. Fueron dias intensos, de encuentros multitudinarios y por demás entranables. A pesar de las malas condiciones climáticas el programa de la visita se llevó a cabo, aunque hubo de recortar algunas actividades.

Fortalecer la familia

En Manila, Francisco sostuvo un encuentro con las familias. Ahí les dijo que nuestro mundo necesita familias buenas y fuertes para superar peligros como los que implican los desastres naturales, pero tambien otras, como la situación económica, que «ha provocado la separación de las familias a causa de la migración y la búsqueda de empleo, y los problemas financieros gravan sobre muchos hogares. Si, por un lado, demasiadas personas viven en pobreza extrema, otras, en cambio, están atrapadas por el materialismo y un estilo de vida que destruye la vida familiar y las más elementales exigencias de la moral cristiana. La familia se ve también amenazada por el creciente intento, por parte de algunos, de redefinir la institución misma del matrimonio, guiados por el relativismo, la cultura de lo efímero, la falta de apertura a la vida».

Por eso, señaló, «Filipinas necesita familias santas y unidas para proteger la belleza y la verdad de la familia en el plan de Dios y para que sean un apoyo y ejemplo para otras familias. Toda amenaza para la familia es una amenaza para la propia sociedad». , ¡proteged vuestras familias! Ved en ellas el mayor tesoro de vuestro país y sustentarlas siempre con la oración y la gracia de los sacramentos.

A los afectados por el tifón Yolanda: Jesús camina con nosotros

En Tacloban, en la Isla de Leyte,  donde hace catorce meses, el 8 de noviembre de 2013, el tifón Yolanda que dejó a su paso más de diez mil muertos, Francisco celebró la Eucaristía con unos quinientos fieles, a pesar de la lluvia y el fuerte viento. Ahi  les dijo: «Tantos de ustedes han perdido todo. Yo no sé qué decirles. ¡Él sí sabe qué decirles! Tantos de ustedes han perdido parte de la familia. Solamente guardo silencio, los acompaño con mi corazón en silencio… Tantos de ustedes se han preguntado mirando a Cristo: ¿Por qué, Señor? Y, a cada uno, el Señor responde en el corazón, desde su corazón. Yo no tengo otras palabras que decirles. Miremos a Cristo: Él es el Señor, y Él nos comprende porque pasó por todas las pruebas que nos sobrevienen a nosotros».

Y animó: «Tengan la seguridad de que Jesús no defrauda; tengan la seguridad que el amor y la ternura de nuestra Madre no defrauda. Y, agarrados a ella como hijos y con la fuerza que nos da Jesús nuestro hermano mayor, sigamos adelante. Y como hermanos, caminemos».

El Niño Jesús acompaña a Filipinas

En Manila el Papa presidió una misa multitudinaria, la más grande concentración religioss jamás habida en el pais, donde expresó: »Es una gran alegría para mí celebrar el domingo del Santo Niño con vosotros. La imagen del Santo Niño Jesús acompañó desde el principio la difusión del Evangelio en este país. Vestido como un rey, coronado y sosteniendo en sus manos el cetro, el globo y la cruz, nos recuerda continuamente la relación entre el Reino de Dios y el misterio de la infancia espiritual. Nos lo dice el Evangelio de hoy: »Quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él». El Santo Niño sigue anunciándonos que la luz de la gracia de Dios ha brillado sobre un mundo que habitaba en la oscuridad, trayendo la Buena Nueva de nuestra liberación de la esclavitud y guiándonos por los caminos de la paz, el derecho y la justicia. Nos recuerda también que estamos llamados a extender el Reino de Cristo por todo el mundo.

Jovenes: sean honestos, íntegros,  amen a los pobres

Francisco también  visitó la Pontificia y Real Universidad Santo Tomás donde encontró a los líderes de las principales confesiones religiosas del país. Luego del breve encuentro se dirigió al campo deportivo de la misma universidad para reunirse con miles de jóvenes, para transmitirles «el amor y las esperanzas que la Iglesia tiene puestas en vosotros. Y quiero animaros, como cristianos ciudadanos de este país, a que os entreguéis con pasión y sinceridad a la gran tarea de la renovación de vuestra sociedad y ayudéis a construir un mundo mejor».

El Santo Padre propuso a los jóvenes filipinos tres áreas clave en las que ellos pueden hacer una importante contribución a la vida del país. «En primer lugar, el desafío de la integridad»; luego, «contribuir en la preocupación por el medio ambiente»; y, por último, «la ayuda a los pobres». El Papa recordó que «hace veinte años, en este mismo lugar, san Juan Pablo II dijo que el mundo necesita un tipo nuevo de joven,  comprometido con los más altos ideales y con ganas de construir la civilización del amor. ¡Sed vosotros de esos jóvenes! ¡Que nunca perdáis vuestros ideales! Sed testigos gozosos del amor de Dios y de su maravilloso proyecto para nosotros, para este país y para el mundo en que vivimos».

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