Por Rogelio CÁRDENAS MSpS | Tuxtla Gutiérrez |
No hace mucho, me contaron, como anécdota, que le preguntaban a un niño, que vive en el campo en un lugar de México, qué es lo que quiere ser cuando sea mayor. El chiquillo, sin malicia pero con total honestidad, respondió: Yo de grande quiero ser narco, como mi papá… Me parece que esto merece reflexión.
En México, el tercer domingo del mes de junio es el día del padre. Aunque comercialmente, esta fiesta no tiene tanto peso como la del día de la madre, son evidentes las consecuencias de la paternidad irresponsable, ausente o poco formada. Porque así como madre sólo hay, a veces, padre, no hay ninguno, y hay situaciones en las que, cuando lo hay, es tan conflictiva la situación, que casi es más preferible que no lo hubiera…
¿Qué aprenden los niños (y niñas) de sus papás? (Aclaro que hablo siempre salvando muy honrosas situaciones de auténtica y ejemplar paternidad)… Me imagino respuestas ficticias de algunos niños, si les preguntará en qué se parecerán a sus papás:
- Yo de grande, cuando alguien no esté de acuerdo conmigo, haré como mi papá…
- A mí si alguien me hace enojar, le rompo la cara, como hace mi papá…
- Yo arreglaré las cosas gritando s insultando, como mi papá
- Yo, en vez de trabajar, ganaré mucha lana estafando, como mi papá
- Yo, cuando sea mayor, seré bueno para el robo y el trinque, como el papá de éste…
- Yo en vez de leer y seguir estudiando, me conformaré, como mi papá…
- Yo, cuando aunque esté casado(a), haré como ha hecho mi papá…
- Pues yo tendré amantes y me la pasaré en fiestas, como mi papá…
- Yo seré el mejor cliente de la cantina (cualquiera de las muchas que hay en la ciudad) y me embriagaré mucho, como mi papá…
- Pues yo, además de alcohol, me meteré otras sustancias, como mi papá…
- Y yo, les venderé el alcohol y las drogas a estos, como mi papá se las vende a los suyos…
- Yo seré muy macho, y aunque no me respeten, me tendrán miedo, como a mi papá…
- Yo me pasaré los altos y me estacionaré donde me plazca…
- Yo haré lo que me dé la gana, como hace mi papá…
¿Parece exageración? Recientemente, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Guerrero, Ramón Navarrete Magdaleno, dijo que se han detectado varios casos de niños que cobran dinero a sus compañeros, a cambio de protección o de no hacerles nada. Nada nuevo, quizá; pero el dato es que el argumento del que se valen éstops niños para meter miedo a sus compañeros (e incluso maestros) es que sus papás son narcos, sicarios o criminales…
Es cierto que hay muchos papás que dan testimonio de trabajo honesto, de comportamientos cívicos, de fe y responsabilidad. Pero, en nuestro país, en el que el crimen organizado ha llegado a adquirir status, ¿qué podemos suponer que están aprendiendo aprenden los hijos de sicarios, delincuentes, jefes de carteles, guaruras e integrantes de bandas?..
Esperemos que cada día, sea día de padres, de hombres que sepan cuidar y educar, liberados del machismo y que sean verdaderos ejemplos de valor y valentía para sus hijos.
@RogelioMSpS
PD: Calles intransitables. No es raro encontrarse con calles y avenidas cerradas en la ciudad. A veces han sido oficialmente cerradas, impidiendo el paso a vehículos, a causa de supuestas obras de mantenimiento y reparaciones. Otras veces la razón es que hay alguna carrera, u otra ocurrencia, con argumentos culturales.
También es verdad que hay mucho de cultura popular, pues se acostumbra que los vecinos cierren la calle, por ejemplo, para velar a los difuntos en las casas, o cuando hay fiestas familiares o populares. Tampoco es raro encontrarse con cierres por modificaciones caseras a las calles (parece que aquí cada quien puede poner sus propios topes, donde le dé la gana y del tamaño que sea, según para lo que alcance el presupuesto).
Y, claro, están los bloqueos, que ya casi son parte del folklore; por marchas, manifestaciones, mítines, peregrinaciones y toda clase de procesiones públicas.
La calle es tan de todos, que al final, nadie puede hacer uso civilizado y constante de ellas.
El problema no es que se cierren las calles, cuando las necesidades de la gente lo ameriten, sino que se cierren sin información, con malos modos, y sin vías alternas adecuadas.
Si en una ciudad, con tanta densidad vehicular como la hay en la nuestra, es tan difícil circular normalmente y cuesta tanto viajar de un punto a otro, no tan distante geográficamente, ¡Entonces, no es raro que haya tanto mal humor acumulado en las calles!