“Hoy nos enfrentamos a un holocausto ambiental. Es un momento muy delicado. El Papa Francisco ha alzado la voz contra este desastre inminente hablando de los pecados modernos, los ‘pecados ecológicos’ realizados individual y colectivamente por los seres humanos que destruyen a la madre tierra”: lo afirma el cardenal Charles Bo, Arzobispo de Yangon, en un discurso durante la conferencia de los religiosos de Asia y Oceanía, que se está celebrando estos días en Yangon.
El cardenal afirma: “La codicia ha provocado un terrorismo ecológico contra la madre tierra. El cambio climático es real y el planeta Tierra se está calentando en exceso, causando miles de ‘refugiados medioambientales’. El cambio climático es una bomba atómica a punto de estallar. Estamos en el umbral de un apocalipsis ecológico. Este apocalipsis ecológico es el resultado de un pecado ecológico contra la creación de Dios”.
Por eso surge el llamamiento a los religiosos de Asia y Oceanía: “Es urgente fortalecer el impulso profético, haciéndose misioneros de la misericordia para promover la justicia ecológica”. Los dos documentos del Papa ‘Laudato Si’ y ‘Misericordiae vultus’ son el marco de referencia, señala Mons. Bo: “Podemos hablar de conversión ecológica global”, observa, recordando una frase introducida por Juan Pablo II y haciendo hincapié en la injusticia y la desigualdad económica.
Sólo el 1% de los ricos, posee el 50% de la riqueza del mundo, “De aquí derivan la injusticia ambiental y la injusticia ecológica. Los gases de efecto invernadero que aumentan el calentamiento global son emitidos por los países ricos.
Los Estados Unidos, con una población de aproximadamente el 6% del total mundial, producen el 40% de los gases de efecto invernadero. ¿Quién está muriendo? Los pobres. Los países pobres son los más vulnerables al calentamiento global. Ciclones, terremotos, inundaciones crean miles de víctimas de desastres naturales. Esto es terrorismo ecológico. Los poderosos de este mundo deciden quién debe vivir o morir.
Los terroristas económicos y los terroristas ecológicos se están desatando contra los pobres”. El cardenal recuerda la necesidad de tomar “un enfoque integrado en la lucha contra la pobreza, para proteger la naturaleza” y declara: “La crisis ecológica es una crisis moral, es una crisis existencial: la naturaleza es mutilada por la codicia económica”.
“La humanidad ha roto su pacto con la naturaleza”, continúa, “y es por eso que es un tema profundamente moral: un pecado original ecológico, que necesita una conversión ecológica y una evangelización ecológica”. En la víspera de la cuaresma, el Arzobispo concluye, señalando que hay que decir a todos los hombres: “Arrepentíos, la creación de Dios está en peligro, cambia tu vida para salvar el planeta”.
Fides