Por Isabella H. de Carvalho, I.Media
El Papa Francisco confiesa que no entiende las dudas y el miedo que rodean a las vacunas COVID-19 y califica las inoculaciones como “amigas” de la humanidad.
El obispo de Roma dejó amplio espacio a las confidencias durante la rueda de prensa del 16 de septiembre, celebrada en el avión papal que regresaba a Roma desde Eslovaquia. “Es un poco extraño porque la humanidad tiene una historia de amistad con las vacunas: sarampión, poliomielitis… quizás esta virulencia se deba a la incertidumbre, no solo de la pandemia”, reconoce el pontífice.
“Existe la diversidad de las vacunas y también la fama de algunas vacunas que son un poco más que el agua destilada, esto ha creado temor. Hay otros que dicen que es un peligro porque dicen que con la vacuna se te mete el virus dentro”, añadió. El Papa también señaló que “incluso” entre los cardenales hay “algunos negacionistas de las vacunas”. Uno de ellos, “pobrecito”, ha sido hospitalizado con el virus. “La ironía de la vida”, añadió. El pontífice no reveló el nombre de la persona a la que se refería, pero todos los periodistas sabían que se trataba del cardenal estadounidense Raymond Burke, de 73 años, quien pasó varios días conectado a un respirador artificial en agosto tras ser hospitalizado por el COVID-19. No se sabe si el cardenal está vacunado o no. Antes de que las vacunas se generalizaran, en mayo de 2020, había expresado cierta preocupación por el hecho de que los estados obligaran a la gente a vacunarse y se refirió a una teoría conspirativa según la cual las vacunas podrían utilizarse para implantar microchips en el cuerpo de las personas. El Obispo de Roma ha alentado con frecuencia la vacunación, diciendo incluso que vacunarse era un “acto de amor” hacia los demás y el bien común en un mensaje de vídeo publicado el 18 de agosto. El Vaticano también publicó en diciembre de 2020, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe una nota reiterando que las vacunas son “moralmente aceptables.” A bordo del avión el Papa Francisco dijo que en el Vaticano todos han sido vacunados “excepto un pequeño grupo” al que están “estudiando cómo ayudarles”.