Por Redacción
Nos encontramos a pocas semanas de concluir el proceso electoral en México y se busca que la ciudadanía participe en las urnas. Para ello, existen múltiples factores que intervienen en la toma de decisión del voto, entre ellos, las encuestas electorales: ¿Cuál es la finalidad de estas herramientas? ¿Cómo pueden influir las estadísticas en los votantes? ¿Cuán creíbles y legítimas son? En esta edición vamos a explorar el papel de las encuestas y su utilidad práctica, consciente y real para poder ejercer el derecho al voto. La realidad de las encuestas, los sondeos de opinión, e incluso de la influencia de los líderes de opinión en medios de comunicación, es muy diferente en cada proceso electoral. Estas herramientas se convierten en medidores aproximados, el INE cuenta con repositorio documental de 25 casas encuestadoras para este proceso 2024.
¿QUÉ SON LAS ENCUESTAS Y CÓMO INFLUYEN EN EL PROCESO ELECTORAL?
Una encuesta electoral es una herramienta que permite recopilar las opiniones y actitudes de un grupo de personas, pero no son el total de los mexicanos que votan. Esos datos, que se recogen mediante un porcentaje de llamadas a nivel nacional e incluso estatal, se convierten en la percepción de un grupo de personas sobre algún candidato, partido o elemento relacionado con las elecciones. Desde el primero de marzo, a nivel nacional, las encuestadoras han estado haciendo una labor de medición de percepción, entre ellas se destacan Mitofsky, De las Heras Demotecnia y Parametría, también se suman algunas encuestas que lanzan los medios de comunicación a nivel nacional como Grupo Reforma. La numeralía ocurre cada semana aproximadamente, sin embargo, es importante destacar que las encuestas tienen un principio de selección que divide a los votantes en bloques para así poderles preguntar su opinión sobre el proceso electoral, y no siempre los resultados monitoreados son los resultados finales el día de la elección.
SONDEOS DE OPINIÓN, ¿CUÁL ES SU IMPACTO?
En los últimos años los sondeos de opinión electoral se han convertido en un elemento de interés periodístico para algunos conglomerados de comunicación. La radio, la televisión, la prensa y el internet compiten para ofrecer estadísticas de las últimas encuestas realizadas. Generalmente estos sondeos se intensifican semanas previas al fin de la contienda, por lo tanto, la ciudadanía se vuelve foco de un bombardeo de datos y estadísticas. El votante se convierte en un personaje que está bajo el pulso de los sondeos, las estadísticas y los comentarios que evalúan estas cifras. En muchas ocasiones las encuestas y los sondeos se vuelven una herramienta para el votante para efectuar un voto táctico y no ideológico. En otras ocasiones sirven también como un efecto desmovilizador para la participación del electorado.
LA OPINIÓN CIUDADANA Y SU DECISIÓN DEL VOTO
Contrario a lo que se cree, una encuesta no determina una elección, simplemente es una herramienta que genera “ideas” de lo que puede pasar el día de la elección. En las encuestas también existen los márgenes de error y, si están planificadas, el nivel de confianza es el 92% a 95%, pero no son mecanismos que puedan interpretar toda la realidad en su conjunto. La opinión del ciudadano entra en esta herramienta de medición y en algunas ocasiones se ha convertido en un factor de influencia para la creación de opinión pública. Sin embargo, es muy importante que el ciudadano medite sobre su comportamiento para orientar su decisión del voto, aun cuando los resultados se repitan. Los laboratorios que miden la opinión saben que ningún hecho permanece fijo, aunque se haya difundido como información.
EL VOTO ZAPPING, ¿CÓMO FUNCIONA?
El electorado es un factor clave dentro del proceso electoral. Las encuestas y los sondeos electorales influyen en aquellos que votan de forma dudosa e indecisa, a este fenómeno se le conoce como “Voto Zapping” y hace referencia a una actitud de electores o votantes sensibles, que reaccionan con prontitud a cualquier modificación que refleje una encuesta publicada. Generalmente, estos votantes no tienen una fidelidad partidaria y expresan muchas dudas al momento de otorgar su voto, incluso se pueden convertir en los votantes que se abstienen de votar el día de la elección. Son llamados votantes emocionales porque las encuestas han influido de tal forma que, toman una decisión con una escasa racionalidad.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 19 de mayo de 2024 No. 1506