León XIV recibe en audiencia a representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales y de otras religiones y los exhorta a un compromiso común, libre de condicionamientos ideológicos y políticos, por la paz en el mundo. Alienta el camino ecuménico, exhorta a proseguir el diálogo entre judíos y cristianos y a basar las relaciones con los musulmanes «en el respeto recíproco y la libertad de conciencia».

Por Tiziana Campisi – Vatican News

Tratar de restablecer «la comunión plena y visible entre todos los que profesan la misma fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo», proseguir el diálogo teológico con los judíos, «tender puentes» entre las comunidades cristiana y musulmana, contribuir a la paz junto con las distintas tradiciones religiosas: éstas son las prioridades de León XIV, que esta mañana, 19 de mayo, se ha reunido en la Sala Clementina del Palacio Apostólico con los representantes de otras Iglesias y comunidades eclesiales y de otras religiones que ayer participaron en la celebración inaugural de su «ministerio como Obispo de Roma y Sucesor de Pedro». Al inicio de su discurso, el Pontífice saludó a todos los participantes en la audiencia y dedicó un pensamiento especial al Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé, al Patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén Teófilo III y al Patriarca Catholicos de la Iglesia Asiria de Oriente Mar Awa III a quienes expresó su «afecto fraterno».

A continuación, dirigiéndose a los representantes de otras tradiciones religiosas, el Papa expresó su «gratitud» por su contribución a la paz.

En un mundo herido por la violencia y los conflictos, cada una de las comunidades aquí representadas aporta su propia contribución de sabiduría, compasión y compromiso por el bien de la humanidad y la preservación de la casa común. Estoy convencido que si estamos de acuerdo y libres de condicionamientos ideológicos y políticos, podemos ser eficaces para decir «no» a la guerra y «sí» a la paz, «no» a la carrera armamentista y «sí» al desarme, «no» a una economía que empobrece a los pueblos y a la Tierra y «sí» al desarrollo integral.

El camino hacia la fraternidad universal

León XIV habla en primer lugar de la «fraternidad universal», y recuerda «las aperturas e iniciativas ya emprendidas por Pontífices anteriores, especialmente a partir de San Juan XXIII», y también «el camino ecuménico» y el «diálogo interreligioso» promovidos por el Papa Francisco, «cultivando especialmente las relaciones interpersonales» y valorizando «el aspecto humano del encuentro». A continuación, recuerda la conmemoración este año del «1700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico de Nicea», «una etapa fundamental en la elaboración del Credo compartido por todas las Iglesias y Comunidades Eclesiales».

Mientras estamos en camino de restablecer la plena comunión entre todos los cristianos, reconocemos que esta unidad sólo puede ser unidad en la fe. Como Obispo de Roma, considero uno de mis deberes prioritarios la búsqueda del restablecimiento de la comunión plena y visible entre todos los que profesan la misma fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Converger en el Señor Jesucristo

El Papa subraya que «la unidad» ha sido siempre una de sus «preocupaciones constantes, como atestigua el lema» que «eligió para el ministerio episcopal: In Illo uno unum», expresión con la que San Agustín de Hipona recuerda que «nosotros, aunque somos muchos, “en aquel uno -que es Cristo- somos uno”». Por eso, señala el Pontífice, la comunión se realiza» si “convergemos en el Señor Jesucristo”. Porque «cuanto más fieles y obedientes somos a Él, más unidos estamos entre nosotros», y por eso los cristianos están «todos llamados a rezar y a trabajar juntos para alcanzar paso a paso esta meta, que es y sigue siendo obra del Espíritu Santo».

Construir puentes

Para León XIV, «sinodalidad y ecumenismo están estrechamente vinculados», de ahí la intención de «continuar el compromiso del Papa Francisco en la promoción del carácter sinodal de la Iglesia católica y en el desarrollo de formas nuevas y concretas para una sinodalidad cada vez más intensa en el ámbito ecuménico», y la invitación a entender el «camino común» también «en sentido amplio, implicando a todos, en el espíritu de la fraternidad humana».

Hoy es tiempo de dialogar y construir puentes. Por eso estoy contento y agradecido por la presencia de representantes de otras tradiciones religiosas, que comparten la búsqueda de Dios y de su voluntad, que es siempre y sólo voluntad de amor y de vida para los hombres y para todas las criaturas».

El Pontífice hace hincapié en la necesidad del diálogo interreligioso, recordando los «esfuerzos realizados por el Papa Francisco». Con sus palabras y sus acciones «ha abierto nuevas perspectivas de encuentro, para promover ‘la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento mutuo como método y criterio’», alentados en el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común de Abu Dhabi. A este respecto, León XIV agradece también «al Dicasterio para el Diálogo Interreligioso el papel esencial que desempeña en esta paciente labor de favorecer encuentros e intercambios concretos encaminados a construir relaciones basadas en la fraternidad humana».

Que cristianos y judíos continúen el diálogo

En su discurso, el Papa se detuvo después en la «relación especial con el judaísmo» de todos los cristianos, «por las raíces judías del cristianismo», e hizo un llamamiento a continuar el diálogo.

El diálogo teológico entre cristianos y judíos sigue siendo siempre importante y está muy cerca de mi corazón. Incluso en estos tiempos difíciles, marcados por conflictos y malentendidos, es necesario continuar con ímpetu este precioso diálogo nuestro.

Las relaciones entre la Iglesia católica y los musulmanes

En cuanto a las «relaciones entre la Iglesia católica y los musulmanes», el Pontífice constató el «creciente compromiso por el diálogo y la fraternidad, favorecido por la estima hacia estos hermanos y hermanas ‘que adoran al único Dios, vivo y subsistente, misericordioso y todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, que ha hablado a los hombres’», y precisó que este «acercamiento, fundado en el respeto mutuo y en la libertad de conciencia, representa una base sólida para construir puentes entre nuestras comunidades».

Por último, un último deseo de León XIV: que el testimonio de fraternidad entre las religiones contribuya «a construir un mundo más pacífico, como desean en su corazón todos los hombres y mujeres de buena voluntad».

 


 

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