Por Rebeca Reynaud

El carácter de un hombre es su destino. El carácter es la cualidad humana gracias a la cual las potencias superiores –inteligencia y voluntad- predominan sobre las potencias inferiores. Vamos a puntualizar unas diferencias:

Temperamento: Nacemos con él.

Carácter: es el temperamento educado. El carácter es un modo estable de ser y de actuar. Se refiere a cómo siente, piensa y actúa una persona.

Personalidad: es el carácter en la forma como se relaciona con el mundo.

Cuando se dice que una persona tiene carácter muchas veces se refiere a que lo tiene bien educado. ¿Y cómo lo educo? Con las virtudes humanas. Ahora bien, ¿qué son las virtudes humanas? Son hábitos que perfeccionan a la persona y la conducen al bien. Son la prudencia, la templanza, la justicia, la fortaleza, y éstas se desglosan en otras tantas como la puntualidad, la sinceridad, el buen humor, la afabilidad, la amabilidad… También hay hábitos malos, son los vicios.

Dos rasgos que condicionan la posibilidad de tener un carácter sólido son la humildad y la castidad. Si se marginan estas cualidades, la persona será mediocre, insignificante. Y esto es así porque la humildad y la pureza son las bases –espiritual la una y corporal la otra- del carácter.

El Libro del Eclesiástico (Sirácide) dice: “Cosas abominables son el rencor y la cólera; sin embargo, el pecador se aferra a ellas. El Señor se vengará del vengativo y llevará rigurosa cuenta de sus pecados” (27, 33-34).

Cuando una persona se deja llevar por el enojo se puede considerar que le falta carácter ya que le falta autodominio.

Cuando una persona se deja guiar por el sentimentalismo, decimos que tiene un carácter débil. Cuando decimos que alguien tiene mal carácter, nos referimos a que se deja llevar por la ira, por el capricho o por el “qué dirán”.

Ahora se puede entender cómo la vida cristiana se fundamenta en tener hábitos buenos o virtudes; si no se tienen, llega un momento en que esa persona se “desbarranca”, es decir, no persevera en el buen camino.

El adolescente busca la gratificación inmediata. Quiere el placer de inmediato. Le pide la entrega total a la novia cuando él no es capaz de sostenerla económicamente n i emocionalmente. Si ella tiene carácter, lo cortará para no caer en la tentación, o le explicará que lo sensato es esperar al matrimonio, a la madurez psíquica de ambos.

Un chico de Sinaloa se fue a Estados Unidos un año. Cuando regresó le confió a un amigo: “Pude guardar la castidad porque comulgaba cada domingo y me confesaba cada quince días”. Dios ayuda cuando se le pide su gracia. Además, ese joven estudió en el Instituto Chapultepec y supo asimilar los valores y virtudes que se le inculcaron. Cuando alguien hace propias las convicciones, gran parte de la vida está resuelta. ¿Por qué? Porque hay principios. Esas reglas ya se hicieron internas, propias; es decir, son ya parte de su personalidad.

Los adolescentes se divierten en línea o se van a las disco o antros, y los padres no se enteran ni de cómo se divierten ni del peligro que corren, porque no hay comunicación entre ellos. No se trata de decir: ¡No vas!”, sino de razonar con ellos para que sepan discernir. Un padre de familia acompañó a su hija al antro y al salir le explicó lo que percibió y vio.

Una persona no vale por lo que es ni por lo que tiene sino por lo que decide. ¿Cómo lograr que los hijos decidan bien? Es una cuestión no resuelta del todo.

Una hermana Misionera de la Caridad estudió medicina y, el día que se tituló estaba al borde de la muerte. Le preguntó a Madre Teresa que porqué Dios no le había permitido ejercer su profesión, Madre Teresa le contestó: “Dios no quiere tus obras, te quiere a ti”.

En resumen, se trata de adquirir hábitos y de usar bien de nuestra libertad, batalla que dura toda la vida, pues tan importante como la adquisición de una virtud es su mantenimiento. Educar ha de ser una labor creadora y positiva, pues –como ha escrito C. S. Lewis–, el objetivo del educador no puede ser talar bosques, sino fertilizar desiertos.

 
Imagen de Mabel Amber, who will one day en Pixabay


 

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