Por P. Eduardo Hayen Cuarón

Hace unos días se publicó la noticia de que el sacerdote James Martin, célebre por la promoción dentro de la Iglesia Católica del estilo de vida LGBT+, visitó en el Vaticano al papa León XIV. Martin, junto con otros miembros de Outreach –organización fundada por él para promover la inclusión del estilo de vida gay en las comunidades católicas– se jactó de que el pontífice respondió a la entrevista diciendo que reafirmaba la misma postura del papa Francisco sobre esa pastoral en donde «todos, todos, todos» son bienvenidos.

La Santa Sede, por su parte, no dio a conocer la noticia ni dijo nada sobre las supuestas palabras del papa hacia el jesuita. La noticia vino del propio Martin quien lo publicó en su cuenta de X. ¿Habrá que creerle al sacerdote promotor de la sodomía que, evidentemente, fue al Vaticano para tratar de llevar agua para su molino? Es de dudarse. Martin no es fuente segura de verdad incuestionable. En su mensaje no dijo «el papa aseguró, me manifestó, me dijo». Martin dice: «el mensaje que recibí», es decir, es la interpretación subjetiva de Martin a las palabras de León XIV.

«Por mi parte –escribe en un artículo el padre Martin refiriéndose a su coloquio con el sucesor de Pedro– le ofrecí algunas sugerencias sobre lo que las diócesis y parroquias podrían hacer en términos de acoger a los católicos LGBTQ, que enmarqué en cinco pasos, consciente de que en algunas diócesis e iglesias todavía estamos en el primer o segundo paso:

1) Reconocer que las personas LGBTQ existen y existen en la Iglesia.
2) Escuchar en todos los niveles de la Iglesia, como parte de la sinodalidad.
3) Bienvenida con programas de extensión pastoral diseñados para católicos LGBTQ.
4) Incluir en la parroquia y otros ministerios.
5) Defender siempre que haya incidentes de violencia, acoso o intimidación en la comunidad.

El camino pastoral de Martin tiene un grave defecto: en ninguno de los cinco pasos se incluye la palabra «conversión» ni el término «evangelización». Sin anuncio de Jesucristo y sin llamada a la conversión para dejar el pecado, no puede haber verdadera vida cristiana. Su proyecto da prioridad a la bienvenida y a la integración de las personas LGBTQ en las parroquias antes que su conversión, lo que no es pastoralmente conveniente ni posible.

Echar las redes al mar, siguiendo el mandato de Cristo, es invitar a toda clase de personas para darles la bienvenida a la Iglesia. Se hace a través de los retiros de evangelización donde se anuncia el kerygma, lo que incluye también la denuncia del pecado, así como la vida nueva en Cristo. Habrá personas, quizá, que prefieran retirarse porque no les interesa la vida cristiana. Otros más, habiendo sido tocados por la gracia, inician un camino de purificación de los desórdenes internos y externos y van avanzando en un camino espiritual que incluye un proceso de catequesis para profundizar en el conocimiento de Jesús y participar de sus sacramentos. En este camino la conversión es un factor que nunca termina.

Martin proclama una falsa misericordia al buscar simplemente integrar en la vida de la Iglesia –sin anuncio del Evangelio y llamada a la conversión–, no a personas singulares con tendencias homosexuales sino a una comunidad que se ha caracterizado por su estilo de vida contrario al plan de Dios y desaprobado en la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio, y además agresivo contra la misma Iglesia.

James Martin pudo tener, en algunos momento de su vida sacerdotal, deseos legítimos de ayudar espiritualmente a la comunidad LGBTQ, pero se perdió en el camino. Afirmaciones ambiguas como «la homosexualidad es un don de Dios»; «los católicos pueden celebrar el mes del orgullo LGBTQ como afirmación de su dignidad», o el destacar el amor y el compromiso que hay en relaciones homosexuales sin enfatizar la castidad, han confundido a miles de católicos que creen que se puede vivir en un sincretismo moral donde la gracia convive con el pecado.

Creo que el papa León tiene otras prioridades como es trabajar por la unidad de la Iglesia anunciando a Jesucristo, antes que permitir que los asuntos de James Martin dividan más a la comunidad católica.

 


Por favor, síguenos y comparte: