Por Miriam Apolinar

El 9 de agosto pasado, vecinos de Ecatepec hallaron a un bebé de apenas tres meses abandonado en plena calle. Menos de dos semanas después, el 24 de agosto, policías capitalinos encontraron a otro pequeño de cuatro meses sobre la banqueta en Miguel Hidalgo, Ciudad de México.

No fueron notas aisladas. Son historias que duelen, que indignan y que nos confrontan: ¿qué ocurre en una sociedad donde un bebé termina solo en la vía pública? ¿Por qué seguimos sin ofrecer caminos visibles de apoyo a las mujeres que atraviesan embarazos no planeados?

El abandono infantil no es un tema anecdótico: es un síntoma de carencias estructurales —educación sexual deficiente, violencia intrafamiliar, pobreza y políticas públicas limitadas— que convierten a la infancia en la primera víctima de la indiferencia social.

El embarazo adolescente: una herida social

Entre 2017 y 2023, los casos de abandono de bebés crecieron un 70%. Una realidad dolorosa que refleja que México todavía enfrenta un largo camino por recorrer en materia de adopción.

Las cifras muestran que la Ciudad de México, el Estado de México y San Luis Potosí concentran el 65% de los casos, lo que visibiliza una problemática que demanda mayor atención social y políticas públicas más efectivas.

En México, el embarazo en adolescentes sigue siendo un desafío enorme. Se trata de un fenómeno multifactorial que amplía las brechas de género y limita el futuro de miles de jóvenes. Una adolescente que enfrenta la maternidad no solo ve interrumpido su proyecto de vida, también enfrenta riesgos en su salud física y emocional, así como rechazo o abandono de su entorno.

El Gobierno Federal implementa desde 2015 la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo no Planeado en Adolescentes (ENAPEA), en la que participan 13 dependencias, junto con OSC, instituciones académicas y agencias internacionales. Sus metas para 2030 son ambiciosas: reducir a la mitad la tasa de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años y erradicar el embarazo en niñas menores de 15 años.

Cada 26 de septiembre, México conmemora el Día Nacional para la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, una fecha que recuerda la urgencia de atender un problema que sigue afectando de manera desigual a los sectores más vulnerables. Pero los avances han sido lentos. Muchas jóvenes siguen recibiendo información insuficiente o contradictoria, y carecen de redes de apoyo reales.  Cuando un embarazo ocurre en condiciones de vulnerabilidad, la posibilidad de abandono infantil aumenta.

VIFAC: cuatro décadas de acompañar la vida

En este contexto, Vida y Familia, A.C. (VIFAC) ha marcado una diferencia. Desde su fundación en 1985 por Marilú Mariscal de Vilchis, la organización ha sido pionera en ofrecer acompañamiento integral a mujeres embarazadas en situación vulnerable.

Su modelo combina alojamiento, alimentación, atención médica, apoyo psicológico, talleres de capacitación para el trabajo y acompañamiento legal. En 40 años, VIFAC ha:

  • Orientado a más de 25 mil mujeres.
  • Alojado en centros de ayuda a más de 9 mil mujeres.
  • Logrado que 2 mil 183 niños fueran adoptados por familias amorosas y seguras.

Los tres principios que guían la labor de VIFAC son claros: orden, legalidad y transparencia. Cada decisión —ya sea acompañar a una madre para reintegrarse a su familia o procesar la adopción de un bebé— se realiza bajo lineamientos estrictos, en colaboración con autoridades y con apego a la ley. Actualmente, VIFAC cuenta con 20 centros de ayuda en el país y una en Texas, donde brinda acompañamiento a mujeres en situación vulnerable y busca alternativas que protejan la vida y el futuro de cada niño.

“Ser madre es un acto de amor y de valentía”

Entrevistamos a Alejandra Pérez Ramos, coordinadora de comunicación de VIFAC, quien nos explicó que menos del 1% de las mujeres atendidas opta por dar a su hijo en adopción. “No es una decisión impulsiva, sino un proceso acompañado por especialistas, para que la madre esté plenamente consciente de lo que implica”, señala.

Los bebés que ingresan a VIFAC reciben atención inmediata en un cunero de transición con enfermeras y pediatras disponibles las 24 horas. Después, inicia el camino hacia la adopción plena, que asegura al niño los mismos derechos que un hijo biológico.

“Dar un hijo en adopción no es un acto de rechazo, sino de profundo amor y valentía. Es reconocer que, en ese momento, no se tienen las condiciones para cuidarlo, y ofrecerle la oportunidad de crecer en un hogar seguro”, enfatiza Pérez Ramos.

Pioneros en adopción plena en México

Antes de 1985, los niños adoptados quedaban marcados en su acta de nacimiento: aparecían con una nota que los distinguía como “hijos adoptivos”. Fue la propia fundadora de VIFAC quien, tras enfrentar trabas en su proceso personal de adopción, impulsó junto con el entonces gobernador del EdoMex, Alfredo del Mazo, la Ley de Adopción Plena en el Estado de México.

Gracias a esa reforma, hoy un niño adoptado aparece en su acta simplemente como hijo de sus padres adoptivos, sin etiquetas. Ese cambio legal abrió un camino de dignidad y sentó las bases para que cientos de familias pudieran integrarse plenamente.

El proceso de adopción: riguroso y humano

Las familias que buscan adoptar atraviesan un proceso exigente. Se realizan estudios psicológicos, médicos, visitas domiciliarias y entrevistas detalladas. Finalmente, el certificado de idoneidad avala que son aptos para recibir a un bebé.

“Queremos tener certeza de que el niño estará en un entorno estable y amoroso”, comenta Pérez Ramos. Cada familia vive el proceso en tiempos distintos, pero el acompañamiento les permite llegar fortalecidas al momento de recibir a su hijo.

Las reacciones, asegura, son indescriptibles: “He visto familias llorar de alegría, abrazarse con una gratitud inmensa, como si por fin completaran un rompecabezas de años”.

Rompiendo mitos sobre la adopción

Uno de los mayores mitos es que la adopción solo está al alcance de familias con altos recursos económicos. En realidad, lo más importante no es el nivel socioeconómico, sino la estabilidad emocional y el compromiso real de crianza.

Otro obstáculo es la falta de cultura de adopción en México. Muchos niños institucionalizados en el DIF no logran ser adoptados porque sus padres biológicos nunca renuncian a la patria potestad, lo que los condena a crecer sin una familia.

“La adopción en México todavía presenta un atraso significativo. Falta una legislación más amplia que facilite los procesos y garantice a los niños el derecho a vivir en familia”, reflexiona Pérez Ramos.

A pesar de avances, las diferencias entre estados generan procesos desiguales. En la Ciudad de México, por ejemplo, existen procedimientos que dificultan que la adopción sea ágil y eficaz. Esto provoca que cientos de menores permanezcan en albergues sin poder integrarse a un hogar.

El desafío no es menor: crear un sistema que priorice el interés superior del niño, con leyes homogéneas, procesos transparentes y mecanismos ágiles.

Historias que cambian el rumbo

Detrás de cada número hay rostros y vidas. Mujeres que llegaron solas, rechazadas por su familia, y encontraron en VIFAC un espacio de apoyo. Niños que nacieron en un contexto de abandono y hoy corren en parques, seguros de que alguien los espera en casa. Familias que, tras años de intentos fallidos de embarazo, encuentran en la adopción el milagro de la vida compartida.

“Una vez una madre me dijo: sé que no puedo darle nada, pero al menos puedo darle todo: una familia que lo ame”, recuerda Pérez Ramos. Testimonios como este muestran que la adopción no es solo un trámite legal, sino una historia de amor en dos direcciones: de quien da y de quien recibe.

40 años después: la misión sigue

Hoy, al cumplir cuatro décadas, VIFAC reafirma su compromiso: cada mujer merece apoyo en su maternidad, y cada niño merece crecer en una familia. Su modelo de intervención ha sido replicado en varias entidades y sigue siendo referente en América Latina.

“Estamos contigo”, es más que un lema: es la certeza de que ninguna mujer debe enfrentar sola un embarazo difícil, y que cada bebé puede tener un futuro distinto al abandono.

Conclusión: la deuda de México y la esperanza viva

Los casos recientes de bebés abandonados nos recuerdan que la indiferencia social cobra vidas silenciosamente. La adopción, lejos de ser una salida marginal, es una oportunidad real de justicia y de amor.

México tiene aún una deuda con su infancia, pero también cuenta con organizaciones como VIFAC, que durante 40 años han mostrado que otro camino es posible.

La esperanza está viva, y cada historia de adopción lo confirma: la vida siempre puede abrirse paso, si la sociedad elige acompañarla.

Los esfuerzos de VIFAC (1985-2024):

25 mil 589 mujeres orientadas por diversos medios de contacto.

9 mil 163 mujeres embarazadas atendidas de manera interna y externa. 

2 mil 183 niñas y niños que se han integrado a una familia a través de la adopción, (El 0.8% de las beneficiarias deciden dar en adopción). 

4 mil 762 bebés nacidos. 

Obstáculos para la adopción a nivel nacional

35 mil niños están a la espera de ser adoptados

7 mil 311 niñas, niños y adolescentes ingresaron a Centros de Asistencia Social públicos y privados en el 2024, de acuerdo con lo revelado por el “Informe de Adopción en México: Avances y Desafíos”.

Se tramitaron 386 juicios de pérdida de patria potestad, de los cuales solo se concluyeron 95.

l858 niñas, niños y adolescentes eran susceptibles de adopción, de los cuales 613 contaban con informe de adoptabilidad. De esa cifra, 615 no habían sido asignadas a una familia, a pesar de tener su situación jurídica resuelta. 

En México todavía no existe un criterio claro y homologado sobre qué debe tomarse en cuenta para la determinación específica de idoneidad de las personas solicitantes de adopción, así como para asignar familias certificadas como idóneas a niñas, niños y adolescentes susceptibles de adopción. Esto representa un riesgo para la integridad física y psicológica de aquellas personas menores de edad cuyo interés superior exige incorporarse a una nueva familia por medio de la adopción, puesto que da lugar a las llamadas “adopciones fallidas”.

Para mayores informes visita su sitio web: https://vifacmexico.com/ 

 

Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 7 de septiembre de 2025 No. 1574

 


 

Por favor, síguenos y comparte: