La primera semana de septiembre ha estado marcada por una intensa agenda para el Papa León XIV, quien, con gestos y palabras, ha querido transmitir un mensaje de esperanza, unidad y cuidado de la creación. Desde Castel Gandolfo hasta la Plaza de San Pedro, el Pontífice ha recordado al mundo que la fe, la fraternidad y el respeto por la casa común son semillas de futuro.

Por Patricia Ynestroza – Vatican News

El momento más significativo fue la inauguración del Borgo Laudato si’, un espacio de 55 hectáreas dedicado a la ecología integral. Allí convergen espiritualidad, formación y agricultura sostenible, ofreciendo un lugar abierto a estudiantes, familias y personas vulnerables. El Papa presentó el proyecto como un símbolo profético en tiempos de crisis sociales y ambientales, subrayando que el ser humano es criatura entre criaturas y no dueño absoluto de la naturaleza.

“El cuidado de la creación —recordó— es una vocación para todo ser humano y un compromiso que debemos asumir redescubriendo la armonía con la obra del Creador”.

Otro momento, fue la ceremonia de canonización el 7 de septiembre, en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre presidió la celebración Eucarística con el rito de canonización de los Beatos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. En su homilía, el Pontífice señaló que, para estos dos laicos “todo comenzó cuando, aún jóvenes, respondieron ‘sí’ a Dios y se entregaron a Él plenamente, sin guardar nada para sí”. Ambos, dijo, estaban “enamorados de Jesús y dispuestos a dar todo por Él”.Jóvenes, protagonistas de paz

El sábado, León XIV recibió al Consejo Mediterráneo de la Juventud. Los animó a ser “brotes de paz donde crece el odio”, protagonistas de reconciliación y custodios de la creación. Frente a la indiferencia y la división, los invitó a imaginar un futuro distinto y a ser tejedores de unidad.

La esperanza como tesoro escondido

En la Audiencia Jubilar, ante más de 25.000 fieles, el Papa meditó sobre la parábola del tesoro escondido. Explicó que el verdadero tesoro es Cristo y su Cruz, y que solo con la sencillez de los niños se descubre la grandeza de Dios. Invitó a no conformarse con superficialidades ni seguridades pasajeras, sino a buscar en lo profundo del corazón.

María, puente de fraternidad

En la clausura del Congreso Mariológico Internacional, León XIV presentó a la Virgen como mujer jubilar y sinodal, capaz de tender puentes entre pueblos y culturas. Recordó que la Iglesia debe reflejar un rostro mariano: cercano, humilde y atento a los más pobres.
“Contemplar con la mirada interior de María —afirmó— nos libra de las mistificaciones de la propaganda y nos abre a la gratuidad divina que hace posible caminar juntos en paz”.

La familia, escuela de unidad

En la tradicional fiesta de las familias del Governatorato, el Pontífice agradeció a los empleados del Vaticano y a sus hijos por su testimonio de fe y unión en tiempos de dificultad. Recordó que la familia es un tesoro tanto para la Iglesia como para la sociedad, lugar donde se transmiten la fe, los valores y la esperanza.

 


 

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