Por VC Noticias
La exhortación apostólica Dilexi te del papa León XIV, subtitulada «sobre el amor hacia los pobres», fue analizada en el programa ‘Diálogos por la Esperanza‘ por el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia; el periodista Pascal Beltrán del Río, director editorial del periódico Excélsior, y el economista y abogado, José Antonio Meade Kuribreña, consultor en políticas públicas, exfuncionario federal y candidato a la presidencia de la República en 2018.
El documento, descrito como una «declaración teológica programática», consolida la opción preferencial por los pobres en la Iglesia del siglo XXI y llama a una transformación cultural y estructural para enfrentar la desigualdad.
Una exhortación de impacto político y social
En su intervención, Pascal Beltrán del Río destacó que «Dilexi te se erige como una profunda meditación sobre la caridad que trasciende la mera filantropía». Subrayó que el documento «denuncia las estructuras globales que privilegian criterios que perpetúan las desigualdades» y critica «la ilusión de una felicidad basada en la acumulación de riqueza».
Beltrán enfatizó que el papa León XIV dota de «un peso doctrinal inamovible al principio de que la justicia es una dimensión constitutiva de la fe». Además, señaló que la exhortación plantea un triple reto: «conocer al pobre como la presencia misma de Cristo, abandonar la indiferencia considerada pecaminosa y emprender un cambio de mentalidad radical que luche contra el pecado estructural».
José Antonio Meade, desde una perspectiva de políticas públicas, vinculó el documento con la parábola del Buen Samaritano, señalando que «lo que hizo el buen samaritano fue construir un entorno habilitante; y garantizó, a quien estaba marginado, el derecho a la salud, transporte, vivienda y alimentación… Lo que me sorprendió mucho de Dilexi te, fue que recorre un mapa muy parecido de derechos a estos que tenemos consagrados en teoría como expectativa en México, pero lo hace desde la experiencia del amor activo”.
Meade resaltó que en la historia de la Iglesia abundan los ejemplos de que “quienes llevaron el Evangelio a los márgenes, a las periferias, nos recordaban que el amor no es asistencial, es transformador».
«El papa León XIV nos recuerda que el amor auténtico no se puede quedar en aliviar síntomas, tiene que llevarnos a sanar causas. El mandato cristiano no es sólo amar al prójimo sino construir estructuras que no produzcan heridos, que ese camino del amor activo a lo que nos invita no sólo a consolar sino a reparar. No es a conmovernos, sino a comprometernos», dijo.
El excandidato a la presidencia de México criticó la evolución de la política social del país al señalar que «toda la política pública suena hueca si no nos hacemos cargo de que al centro de ella tiene que estar ese compromiso de amor». Añadió que «el amor no espera políticas, las inaugura. No mide la pobreza, la enfrenta. No busca reconocimiento, busca justicia».
Actuar en la conversión a la pobreza
El cardenal Suárez explicó que Dilexi te recupera del magisterio de la Iglesia en América Latina la “opción preferencial por los pobres” que fue acuñada en la Conferencia de Puebla de los Obispos Latinoamericanos:
“Ahora el Papa nos hace ver la realidad del mundo, desde la óptica de un pastor y nos da un documento que es desafiante, que no es solamente social sino que tiene, sobre todo, un enfoque teológico. Porque nos dice cómo la opción por los pobres es la opción del mismo Dios, que en Jesucristo se ha hecho solidario con nosotros”.
Al respecto, el sacerdote Eduardo Corral Merino, asesor de la Dimensión Episcopal de Educación y Cultura y moderador del encuentro, abundó en que la exhortación al hablar de los desafíos permanentes reconoce que “los pobres son un faro de luz, que nos ayudan a vivir nuestra indigencia y nuestra contingencia, que nos ayuda a reconocernos pobres”.
Invitó a los presentes a reflexionar esto como “uno de los grandes problemas de la cultura actual: el creerse todopoderoso. Tenemos –por el contrario– que aprender a voltear hacia arriba, reconocernos indigentes y caminar en esta dinámica de generosidad hacia Él, hacia nuestros hermanos y hacia la misma creación”.
En ese sentido, Meade Kuribreña destacó precisamente la audacia histórica de la Iglesia al actuar en su contexto y en sus particulares desafíos contextuales incluso «cuando la pobreza no era indicador, sino el paisaje». Citó ejemplos sobre cómo las órdenes religiosas, en contextos de crisis, sentaron las bases de los derechos sociales modernos:
«En el siglo III, durante la peste de Cartago, los cristianos improvisaron atención y entierros dignos, casi podemos encontrar los primeros servicios públicos de salud». Subrayó que estas acciones –y otras como las órdenes hospitalarias, educativas, caritativas locales y de asistencia migratoria– «cimentaron lo que hoy consideramos derechos sociales».
Por ello, el cardenal Alberto Suárez Inda enfatizó la necesidad de una conversión personal y comunitaria en sintonía con lo planteado en Dilexi te: «Basta que abramos el corazón para dejarnos interpelar por la palabra de Dios que nos llama a una verdadera conversión». Señaló que el documento invita a «actuar no como personas aisladas sino como Iglesia, de manera solidaria, sin pensar a quién lo hacemos».
Los participantes coincidieron en que Dilexi te es un llamado a la acción.
Beltrán del Río rescató la crítica del Papa a una sociedad que «busca construirse de espaldas al dolor» y por ello destacó el llamado de León XIV “a tomar conciencia de voltear a ver la pobreza y aprender de los pobres, sino también a actuar sobre el contexto social que permite y hace posible esa pobreza. Yo rescataría ese llamado a la acción”.
Meade, por su parte, reiteró que el documento «nos vuelve a resonar el mandato de ir y proceder de la misma manera». Y finalmente, el cardenal Suárez Inda cerró con un llamado a leer la exhortación «de rodillas, en una actitud de fe», para renovar el compromiso con los más vulnerables.
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