Por Miriam Apolinar
El jueves 23 de octubre de 2025, en la Universidad Panamericana de la Ciudad de México, se presentó el Informe 2025 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre la libertad religiosa, un documento que expone con rigor la creciente vulnerabilidad de los creyentes en México y en el mundo. El estudio, elaborado con datos de enero de 2023 a diciembre de 2024, analiza la situación en 196 países y se ha convertido en un referente internacional en la materia.
La presentación contó con la participación de destacados representantes de la Iglesia y académicos especializados en historia y cultura, entre ellos monseñor Francisco Javier Acero Pérez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México; monseñor Juan María Huerta Muro, obispo de Xochimilco, y Jorge Traslosheros, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
El informe, titulado Libertad Religiosa en el Mundo 2025, ofrece una radiografía global del estado de este derecho fundamental. Según el estudio, dos tercios de la humanidad —más de 5,400 millones de personas— viven en países donde la libertad religiosa no está plenamente garantizada. Con más de 1,200 páginas, la edición más extensa en los 25 años de historia del informe, el documento demuestra que la situación mundial ha empeorado de manera constante.
ACN denuncia violaciones graves en 62 países: 24 clasificados como de persecución y 38 como de discriminación. Solo Kazajistán y Sri Lanka mostraron mejoras respecto al informe anterior. En este contexto, México pasó de estar bajo observación a ser considerado un país donde la libertad religiosa enfrenta discriminación, debido a la violencia del crimen organizado y al incremento de prácticas autoritarias.
México: uno de los países más peligrosos para ejercer la fe
Durante la presentación, Marcela Szymanski, jefa de incidencia internacional de ACN, advirtió sobre la gravedad de la situación y la relación entre la violencia criminal y el poder político. “El crimen organizado actúa con total impunidad —señaló—. Matan a los candidatos políticos que no les gustan a los criminales”.
El informe destaca que México sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el ministerio religioso. Sacerdotes, pastores y fieles laicos enfrentan riesgos crecientes para su vida y seguridad. ACN documenta un panorama de asesinatos, agresiones físicas, extorsiones y profanaciones de templos en un contexto de impunidad generalizada.
Las causas son múltiples: crimen organizado, narcotráfico, conflictos por la tierra y corrupción estructural. Durante su intervención, monseñor Acero Pérez subrayó los riesgos que enfrentan los sacerdotes en zonas rurales y comunidades vulnerables, y denunció un clima de desconfianza y restricción de libertades, derivado de un “capitalismo y autoritarismo exacerbados”.
“Tenemos que acompañar la realidad de esta colonización ideológica con valentía”, dijo. “¿Dónde están los laicos católicos? Los necesitamos para acompañar a las madres buscadoras, mirar a los migrantes, levantar a los indigentes. No solo el sacramento nos alivia; también las manos, la mirada y el corazón que escuchan y acompañan con valentía”.
El obispo hizo un llamado a los laicos católicos a impulsar la unidad y denunciar los fracasos del gobierno, especialmente respecto a las comunidades indígenas y la pobreza.
Por su parte, Julieta Appendini Morán, directora de ACN México, explicó que el estudio coloca al país en la categoría de discriminación por el creciente clima de inseguridad y la falta de justicia que padecen las iglesias.
La libertad religiosa: un derecho humano esencial
El investigador Jorge Traslosheros ofreció una visión profunda sobre la dimensión cultural y social de este derecho, recordando que “cuando se persigue una religión no se ataca solo una creencia, sino una forma de vida y de cultura”. La libertad religiosa —añadió— protege a todos, porque resguarda las expresiones culturales y el derecho a vivir conforme a la propia conciencia.
De acuerdo con el informe, 413 millones de cristianos viven en países donde la libertad religiosa es seriamente violada. En México, los desplazamientos por violencia y extorsión, aunque no siempre registrados, alcanzan niveles alarmantes.
“Los cobros de derecho de piso y la extorsión a las iglesias se han vuelto costumbre —advirtió Traslosheros—. El crimen organizado ha introducido una cultura de corrupción y muerte. Si el Estado no garantiza la libertad religiosa de manera equitativa, está violando un derecho fundamental”.
Crimen organizado: persecución con rostro local
Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador se registraron 10 sacerdotes asesinados, 10 agredidos físicamente y 900 casos de extorsión contra miembros de la Iglesia católica.
Entre los casos más recientes están los asesinatos del padre Javier García en Michoacán, del padre José Angulo Fonseca en Jalisco, y del padre Marcelo Pérez Pérez, sacerdote indígena tzotzil de Chiapas y defensor de los pueblos originarios.
La violencia no se limita al clero. Catequistas, monaguillos y peregrinos también han sido víctimas. En marzo de 2025, siete jóvenes de un grupo parroquial fueron asesinados en Guanajuato. Otros ataques incluyen secuestros, robos y agresiones armadas.
ACN documenta un promedio de 26 ataques semanales contra templos y lugares de culto: profanaciones, incendios provocados y robos de objetos sagrados. Entre los casos más recientes:
- Sonora: destrucción de imágenes religiosas en la parroquia de Santa María Magdalena, en Kino.
- Morelos: robo del Santísimo Sacramento en la Capilla del Señor de la Cosecha.
- Guanajuato: incendio de la iglesia de Santiaguito de Irapuato.
- Ciudad de México: robo de vasos sagrados de plata en la parroquia de San Luis Gonzaga.
La violencia también alcanza a iglesias evangélicas, sobre todo en Chiapas y Oaxaca, donde se denuncian extorsiones de hasta 1,500 dólares mensuales y desplazamiento de comunidades enteras por negarse a renunciar a su fe.
Laicidad versus libertad de culto
México enfrenta una relación compleja entre su Estado laico y su profunda tradición religiosa. Entre 2023 y 2024, la Suprema Corte de Justicia resolvió casos clave sobre el uso de fondos públicos en festividades religiosas, la autonomía de las iglesias y los límites constitucionales de las prácticas de culto.
Aun con este marco legal, la Iglesia católica ha asumido un papel activo en la promoción de la paz y el diálogo social. En estados como Guerrero y Michoacán, obispos y sacerdotes han mediado treguas entre grupos criminales y han apoyado a comunidades desplazadas y migrantes. Sin embargo, este trabajo pastoral aumenta el riesgo para los líderes religiosos, convertidos en blanco directo de amenazas y asesinatos. La impunidad alimenta el ciclo de violencia.
Una mirada global
El informe de ACN amplía su análisis más allá de México: la libertad religiosa está bajo amenaza en todos los continentes, afectando a más de 5,400 millones de personas. Entre los factores que impulsan esta tendencia destacan:
- Autoritarismo: China, Irán, Eritrea y Nicaragua aplican censura digital, vigilancia masiva y detenciones arbitrarias.
- Yihadismo y nacionalismo religioso: África y Asia sufren persecuciones impulsadas por extremismos islamistas o nacionalismos étnico-religiosos.
- Conflictos armados: Ucrania, Myanmar, Gaza y Sudán registran desplazamientos y ataques contra comunidades religiosas.
- Crimen organizado: México y Haití muestran cómo grupos armados asesinan o extorsionan a líderes religiosos.
- Europa y Norteamérica: Francia reportó casi 1,000 ataques a iglesias en 2023; Grecia, más de 600. Alemania registró un aumento del 1,000% en actos antisemitas tras el conflicto en Gaza y un 29% más de delitos contra musulmanes.
Autoritarismo: la amenaza más extendida
Según el informe, el autoritarismo estatal es el principal motor de la represión religiosa. En 19 de los 24 países con persecución y en 33 de los 38 con discriminación, los gobiernos aplican estrategias para controlar o silenciar la vida religiosa.
“El control de la fe se ha convertido en una herramienta del poder político”, advierte el documento, que denuncia una “burocratización de la represión religiosa” cada vez más sofisticada.
Yihadismo y nacionalismo religioso
El extremismo islamista sigue expandiéndose, sobre todo en África y Asia. En 15 países es la principal causa de persecución y en otros 10 contribuye a la discriminación. El Sahel se ha convertido en el epicentro de la violencia yihadista, con pueblos destruidos, desplazamientos masivos y destrucción de infraestructuras religiosas y educativas.
En Asia, el nacionalismo étnico-religioso impulsa la represión de minorías. En India y Myanmar, comunidades cristianas y musulmanas sufren agresiones, exclusión legal y ataques alentados por discursos políticos. ACN define este fenómeno como “persecución híbrida”: la combinación de leyes discriminatorias con violencia civil tolerada por el Estado.
Conflictos y migraciones forzadas
Países como Myanmar, Ucrania, Rusia, Israel y Palestina enfrentan graves violaciones a la libertad religiosa derivadas de conflictos armados. En Nigeria, ataques de grupos radicalizados vinculados a pastores fulani han provocado miles de muertes y desplazamientos. En Sudán, la guerra civil ha borrado del mapa comunidades cristianas centenarias.
El crimen organizado emerge como nuevo actor de persecución, especialmente en América Latina y el Caribe. En México y Haití, los grupos armados utilizan la violencia religiosa como forma de control territorial.
Europa y Norteamérica: intolerancia creciente
Aunque la violencia no alcanza los niveles de África o América Latina, Europa y Norteamérica registran un aumento de agresiones ideológicas contra la religión. Francia sufrió casi mil ataques a iglesias en 2023; Grecia, más de 600. En Alemania, los incidentes antisemitas aumentaron 1,000% y los delitos contra musulmanes 29%. España, Italia y Estados Unidos también reportaron profanaciones y agresiones al clero.
Estos ataques reflejan un clima de polarización ideológica y tensiones geopolíticas que alimentan la hostilidad hacia las creencias religiosas.
Un llamado urgente a la acción global
Por primera vez, Ayuda a la Iglesia Necesitada lanzó una petición global para exigir a gobiernos y organismos internacionales la protección efectiva del Artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que garantiza la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
“La libertad religiosa es un derecho humano, no un privilegio”, subraya Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN. La iniciativa busca concienciar sobre la urgencia de proteger a millones de personas cuya fe y cultura están amenazadas, y advierte que la persecución religiosa destruye comunidades, alimenta conflictos y provoca desplazamientos masivos.
La libertad religiosa es más que una garantía espiritual: es el termómetro de todas las libertades humanas. Defenderla no puede postergarse. Es una tarea que compete a cada ciudadano, a las instituciones y a los gobiernos. Su protección, concluye el informe, es condición indispensable para una paz auténtica y duradera.
Publicado en la edición semanal impresa de El Observador del 2 de noviembre de 2025 No. 1582






