El Papa Francisco recibió ayer en la Casa de Santa Marta a Meriam Yahia Ibrahim Ishag, la cristiana sudanesa que había sido condenada a muerte por apostasía, encarcelada y puesta posteriormente en libertad con la ayuda de la comunidad internacional.
Acompañaban a Meriam su marido Daniel Wani y sus dos hijos, Martin de un año y medio y Maya, que nació en la cárcel hace dos meses. También estaba presente el viceministro de Exteriores de Italia, Lapo Pistelli, que se desplazó a Sudán el pasado miércoles para completar la negociación y traer a Meriam y a su familia a Italia desde donde se trasladarán a los Estados Unidos.
El encuentro duró alrededor de media hora y se desarrolló en una atmósfera serena y afectuosa. El Papa dio las gracias a Meriam y a su familia por su valiente testimonio de constancia en la fe. A su vez Meriam agradeció el gran apoyo y el consuelo recibidos de la oración del Santo Padre y de tantas personas creyentes y de buena voluntad. La conversación transcurrió con la ayuda, como intérprete, del secretario del pontífice, monseñor Yohannis Gaid. Francisco saludó también al personal italiano que acompaña a Meriam y a su familia durante su estancia en el país.
Con este gesto el Papa ha querido manifestar su cercanía, su atención y sus oraciones por todos los que sufren a causa de su fe y, en particular, por los cristianos que padecen persecuciones o limitaciones impuestas a su libertad religiosa.
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