Motivar para que las nuevas generaciones sean discípulos y misioneros es uno de los objetivos de la jornada que se realizará en Brasil; es la oportunidad de entender que ser católico es un estilo de vida

 

Por Redacción

El obispo de Querétaro, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, se ha distinguido por una promoción constante de la Misión Continental, la misión permanente a la que llama Aparecida y que nos convierte en una Iglesia alerta, con espíritu joven, aliada de los jóvenes, «centinelas del mañana», como los llamó Juan Pablo II.

Entrevistado por Aleteia-El Observador, monseñor Armendáriz Jiménez reconoce los problemas por los que pasa actualmente la juventud en América Latina y señala que «la JMJ quiere ser como un concentrador de todos los esfuerzos que la Iglesia hace para atender a nuestra juventud».

¿Por qué cree que los jóvenes en nuestro continente buscan el esoterismo, la brujería y el satanismo?

Porque los vacíos que nosotros dejemos en la atención a los jóvenes se aprovechan por otras alternativas. Por eso el interés por buscar a los jóvenes con la actitud misionera, en nuestras iglesias particulares. Creo que ellos acuden al «misterio» a dar respuestas, buscándolas en estas alternativas.

¿Son peligrosos para el joven el satanismo, las drogas y el sexo desenfrenado?

Todo aquello que vaya en contra de la dignidad de la persona y de las personas —en este caso la autodestrucción de la persona— no es conveniente. Me parece que son caminos equivocados porque nosotros, desde la fe, sabemos que el único camino que da felicidad, y felicidad verdadera, es el encuentro con Cristo.

¿ La Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para que los jóvenes se liberen de estos peligros?

La JMJ quiere ser como un concentrador de todos los esfuerzos que la Iglesia hace para atender a nuestra juventud. Me parece que en este año, especialmente con la presencia del Papa Francisco y con el tema que se va a tratar, el joven tendrá que entender que creer en Cristo no solamente es ejercitar alguna religión, sino que ser cristiano católico es tener un estilo de vida. Por eso el mandato que como lema se usará en la JMJ, «Vayan y hagan discípulos», es muy importante para todos nosotros, especialmente para involucrar a los jóvenes en estos procesos.

Ellos son los mejores misioneros cuando Dios les toca el corazón. Y cuando Dios les toca el corazón, pasan a la acción de manera muy generosa.

¿La JMJ de Río de Janeiro será diferente a las anteriores?

Creo que son procesos. La JMJ en Latinoamérica es parte de un proceso que se ha venido generando, de impulso a la juventud en el mundo. En esta ocasión, el matiz fundamental que tendrá la JMJ, afortunadamente, será el lanzar a la juventud a la misión, a colaborar en la tarea urgente que Cristo nos dejó, de manera muy puntual y muy contundente: «vayan y hagan discípulos», que no es cualquier cosa…

¿Cuál sería su mensaje para prepararse ante la JMJ?

Ante todo, saludo a Aleteia España y a El Observador, que nos dan esta oportunidad de poder interrelacionarnos con tanta gente que seguramente está al pendiente de sus contenidos. Y una exhortación a los jóvenes a que no tengan miedo, a que vivan este encuentro con Cristo. Vale la pena insertarse en estos itinerarios del disculpado misionero. Los jóvenes son, reitero, los mejores misioneros. He ido con ellos —con miles de jóvenes simultáneamente—a misionar casa por casa, en las diferentes ciudades donde hemos tenido oportunidad de hacerlo. Y estos miles de jóvenes, al terminar, son las personas más satisfechas, porque han sido capaces de experimentar el amor de Dios, compartiéndolo…

 

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