Luego de la Eucaristía y antes del rezo mariano del Ángelus, el Santo Padre Francisco saludó a los fieles y peregrinos recordando en primer lugar que este domingo 13 de octubre, en Tarragona, España, ha tenido lugar la mayor beatificación de la historia: 522 personas asesinadas por odio a la fe, en el siglo XX en España.

«Queridos hermanos y hermanas, hoy, en Tarragona, España, han sido proclamados beatos cerca de quinientos mártires, asesinados por su fe durante la Guerra Civil española, en los años treinta del siglo pasado. Alabemos al Señor por estos valientes testigos suyos, y por su intercesión, supliquémosle que libere al mundo de toda violencia».

El Papa, a continuación, dio las gracias a todos los que llegaron en gran número a Roma, desde Italia, y otras partes del mundo para participar a la celebración de la fe, dedicada a María nuestra Madre. Y tuvo palabras de afecto para un grupo llegado de Panamá.
«Saludo con afecto al grupo de panameños que se encuentran hoy en Roma y los confío a la protección de Nuestra Señora de la Antigua, celestial patrona de esa querida Nación».

Asimismo, el Pontífice saludó a los niños de la Orquesta Internacional de la Paz «Pequeñas Huellas», y a la Asociación Nacional italiana de Inválidos del Trabajo y mutilados.

Finalmente, Francisco saludó también a los jóvenes de Roma que en los últimos días se comprometieron con la misión «Jesús en el centro»: “!Sean siempre misioneros del Evangelio, todos los días y en todo lugar!» Además dedicó un saludo a los reclusos de la prisión en Castrovillari”.

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