Al reflexionar sobre el tema de la apostolicidad de la Iglesia, el Papa Francisco dijo, en su catequesis de este miércoles, que «la Iglesia, que continúa en la historia la tarea de llevar el Evangelio a todo el mundo, tiene sus raíces en la enseñanza de los Apóstoles, pero mira hacia el futuro, tiene la firme conciencia de ser enviada, de ser misionera».
El Santo Padre enfatizó, ante los miles de fieles y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, durante la Audiencia general de esta semana: «Una Iglesia que se cierra en sí misma y en el pasado traiciona la propia identidad».
Por eso, exhortó a los presentes: «¡Descubramos toda la belleza y la responsabilidad de ser Iglesia apostólica!», y llamó a todos «a ser testigos auténticos de Cristo Resucitado y a anunciar el Evangelio a todas las gentes, en comunión con los Obispos, sucesores de los Apóstoles».