A propósito de la situación por la que atraviesan los cristianos en el Medio Oriente, «Occidente, incluidas sus iglesias, está muy poco informado en muchos aspectos, a pesar de las buenas intenciones», ha señalado Monseñor Elías Sleiman, Obispo maronita de Latakia, ciudad de la costa mediterránea de Siria, en una entrevista difundida por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.

El prelado se ha centrado en el déficit informativo sobre los procesos que tienen lugar en la zona de Oriente Medio que a su juicio corre el peligro de pesar negativamente en los movimientos de la comunidad internacional, especialmente en lo relativo al conflicto sirio.

«El problema de muchos medios de comunicación es que realmente no reflejan una imagen fiel de la situación. La primavera árabe fue retratada como un empujón decisivo hacia la libertad y la democracia, pero los resultados efectivos en Libia, Egipto y Yemen, por ejemplo, han demostrado lo contrario», ha precisado el obispo sirio.

La región de Latakia en el norte de Siria, se ha visto hasta ahora, a salvo del conflicto. En el territorio los cristianos siguen conviviendo pacíficamente con los alauitas, musulmanes chiítas. Según el obispo Sleiman, la única manera de salir del conflicto es aumentar la presión internacional para conseguir «un diálogo entre el régimen y los elementos moderados de la oposición».

Los principales actores internacionales tienen que empujar a las distintas partes «a sentarse en la mesa de las negociaciones», considerando que «el gran desafío es el fanatismo religioso» y que ahora «los rebeldes moderados y los islamitas han empezado a luchar unos contra otros».

Sobre la continua huída de los cristianos de Oriente Medio, Monseñor Sleiman ha afirmado que «no podemos permitir que esta tierra se quede sin cristianos, ya que la presencia cristiana ayuda a los musulmanes a ser moderados». El obispo de Latakia reconoce que «necesitamos la solidaridad de los pueblos y gobiernos de Occidente para garantizar la continua presencia de los cristianos», pero a la vez no es partidario de que los cristianos solo vivan de la ayuda exterior. «Debemos encontrar maneras de prevenir que se conviertan en refugiados. La Iglesia local está tratando de desempeñar un papel crucial en este sentido», ha finalizado Mons. Sleiman.

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