Por Juan Gaitán |
En nuestra Iglesia, santa y pecadora, siguen surgiendo hombres y mujeres que, gracias a su testimonio de vida, nos recuerdan la lógica ilógica que Jesucristo propuso para quienes desean seguirlo. El 25 de octubre de 2012, el sacerdote Daniel R. Landgrave partió a la casa del Padre. Ese mismo día, conmovido por el hecho, escribí un pequeño texto a manera de homenaje. Hoy lo comparto en agradecimiento por lo que este gran académico y hombre de Dios me removió internamente:
Daniel Landgrave (1949-2012)
Ese compa, hay que decirlo, era un profesor excelente. Apasionado por el Reino de Dios: un proyecto de familia; por los pobres (y se preguntaba ¿dónde quedaron en el Concilio Vaticano II?), la inclusión de las prostitutas y demás marginados, incluyendo a los travestis de nuestro tiempo. Justo leía un libro escrito por él en estos días: “Rompiendo silencios y soledades”.
Nos hablaba elocuentemente sobre Jesús Contreras y su lógica ilógica. ¡Me daban ganas, al escucharlo, de tener su entusiasmo! Salía de sus clases movido, queriendo ya hacer algo por Cristo. Y explicaba que Mateo presentó a un Jesús más recatadito y Marcos uno más rebeldón.
En oración me lo imaginé con los brazos abiertos y una sonrisota, saludando a Jesús y a sus prójimos pobres y prostitutas que él, como Cristo, prefería.
Nos contaba, entre muchas otras cosas que quisiera nunca olvidar, de cuando dejó de cobrar por los bautizos y las bodas en la parroquia a la que estaba asignado, de cuando invitó a dos travestis a misa, de cuando junto con sus compañeros seminaristas quería vivir en la pobreza total, de cuando le dijo a un obispo que el Documento de Medellín era una bomba sin explotar, de cuando emocionado describía la etimología del término “compasión”.
Recuerdo que durante la primera clase, sacó su Biblia de Jerusalén que tanto quería y, al abrirla, a ésta se le cayó la pasta. El siguiente día llegó con su Biblia llena de cinta canela en el lomo. El hombre era una cabeza brillante y un corazón lleno de Dios, que no dejaba de hablar de la preferencia de Jesús por los excluidos a causa del sistema de pureza de su tiempo y de nuestro tiempo. Ahora goza de la presencia alegre de Dios junto con todos los compas de la Iglesia celestial.
No cabe duda de que hay gente que lo ha dado todo por Cristo: “Estoy pensando en un caso concreto.” Y nos decía: Si tuviera que elegir un libro de entre toda la Biblia, sería Lucas (por aquello de la misericordia), ¿un capítulo? El 15. ¿Un versículo? ¡El 20! ¿Que sólo me puedo quedar con un cachito de un versículo? Pues entonces el 20b, que dice: “Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.” Ni siquiera hay palabras –decía–, sólo acciones que expresan amor. ¡Así hoy, Padre Landgrave, Dios se te echa al cuello y te besa efusivamente!
¡Gracias a Dios que me permitió recibir un poco del entusiasmo y sabiduría de este sacerdote apasionado por la Palabra!
En resumen
Como académico, especialista en Biblia, sus objetivos eran claros. Un párrafo tomado de su libro Jesús ¿Qué buscas? los resume a la perfección.
“Este trabajo quisiera sacudir la somnolencia que nos ha quitado la dimensión de escándalo frente al drama de la injusticia. Mil factores se combinan para considerar y justificar las posturas. Nos daríamos por bien servidos, si estos renglones pudieran provocar, cuestionar y recuperar el ansia del Rostro y de la Utopía fresca de Jesús.”