La Misa no es un evento social sino la presencia del Señor en medio de nosotros, dijo el Papa Francisco en la misa matutina de Santa Marta. Además ha invitado a no dejar que la memoria de la salvación se convierta en un simple recuerdo, en un evento habitual.
En la reflexión, que estuvo basada en el libro de Nehemías, el Santo Padre destacó que el pueblo de Israel «tenía la memoria de la Ley, pero era una memoria lejana», en aquel día, sin embargo, «la memoria se ha hecho cercana y toca el corazón. Lloraban de alegría, no de dolor porque tenían la experiencia de la cercanía de la salvación».
«Esto es importante, no solo en los grandes momentos históricos, sino en los momentos de nuestra vida: todos tenemos la memoria de la salvación, todos. Pero, pregunto: ¿Tenemos esta memoria cerca, o es una memoria un poco lejana, un poco difusa, un poco arcaica, un poco de museo… puede irse lejos… Y cuando la memoria no está cerca, cuando no tenemos esta experiencia de la memoria, esta entra en una proceso de transformación y la memoria se convierte en un simple recuerdo».
Cuando la memoria se aleja, añadió, «se transforma en recuerdo, pero cuando se acerca, se transforma en alegría, y esta es la alegría del pueblo». Esto constituye «un principio de nuestra vida cristiana». Cuando la memoria está cerca hace dos cosas «calienta el corazón y nos da alegría».
«Cuando Dios viene y se acerca hay siempre fiesta», subrayó el Papa. «Muchas veces, nosotros, cristianos, tenemos miedo de esa fiesta: esta fiesta sencilla y fraterna que es un don de la cercanía del Señor». La vida «nos lleva a alejar esta cercanía, a mantener el recuerdo de la salvación, y no la memoria que está viva». La Iglesia «tiene su memoria: la memoria de la Pasión del Señor».