«La Iglesia debe ser siempre reformada, porque sus miembros son siempre pecadores y necesitan convertirse», ha dicho el Papa Francisco en su breve homilía, con motivo de la Fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán.

En la Misa que celebró esta mañana en la Capilla de Casa Santa Marta, el Santo Padre recordó que «La Basílica de Letrán es la catedral de Roma y madre de todas las iglesias de la urbe y del orbe».

El obispo de Roma se centró en la lectura de Ezequiel, y en el salmo 45, sobre el agua que surge del templo y alegra la ciudad de Dios, imagen de la gracia que sostiene y la alienta la vida de la Iglesia. Mientras que de la segunda lectura, la carta de San Pablo a los Corintios, ha subrayado la imagen de la piedra, que es Jesucristo, fundamento sobre el que se ha construido la Iglesia.

Del Evangelio de la «purificación del templo», habló sobre la importancia de estaren una constante reforma de la Iglesia. El Papa invitó a los fieles a orar para que la Iglesia «pueda hacer correr el agua de la gracia, esté siempre fundada sobre Cristo, y que Él mismo la mantenga en la fidelidad y sus miembros se dejen siempre convertir por Jesús».

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