El Observador |

Desde hace cinco años, la Organización de las Naciones Unidas ha propuesto el día 20 de febrero de cada año a reflexionar sobre una cuestión medular para el bienestar de la población mundial,particularmente las más marginadas: la justicia social.

La justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de oportunidades y de derechos humanos, más allá del concepto tradicional de justicia legal. Está basada en la equidad y es imprescindible para que los individuos puedan desarrollar su máximo potencial y para que se pueda instaurar una paz duradera.

En términos generales, la noción de justicia social alude a la preocupación de lo que pasa en el mundo y de manera más clara, la preocupación de lo que les ocurre a las personas particularmente las que viven en situación de pobreza, desigualdad y en situación de vulnerabilidad a sus derechos  humanos. Esto nos moviliza en torno a lo que  tenemos que hacer para que las personas vivan en su plena humanidad.

El amor, a la base de la justicia: Iglesia

Así las cosas,la justicia es un derecho fundamental para lograr la paz. La Iglesia en repetidas ocasiones ha recordado que sin justicia no se podrán alcanzar los anhelos de promoción y desarrollo en la sociedad. En efecto, en el compendio de la doctrina social de la Iglesia se nos recuerda que: “La Iglesia  se preocupa de la vida humana en la sociedad, con la conciencia que de la calidad de la vida social, es decir, de la relaciones de justicia y de amor que la forman, depende en modo decisivo la tutela y la promoción de las personas que constituyen cada  una de las comunidades. En la sociedad, están en juego la dignidad y los derechos de la persona y la paz en las relaciones entre las personas y entre las comunidades. Estos bienes deber ser logrados y garantizados por la comunidad social.

«Cuánto más injusticia haya en un ambiente o en la sociedad, menor será la posibilidad de que haya verdadero desarrollo social.Todos somos responsables de crear ambientes de justicia. Nadie puede sentirse ajeno, porque, precisamente la indiferencia a los otros cercena la justicia», ha recordado el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, al recordar la efemeride.

El Papa Francisco ha hecho varios llamados para que seamos coherentes con nuestra vida cristiana. La primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco, es un documento que suma dos llamados inseparables: la evangelización y la justicia social, construidas sobre la esperanza, la fe, la caridad y la alegría cristiana.

Por favor, síguenos y comparte: