«La Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos y hechos de Jesús. Es obra y don de Cristo que sale a nuestro encuentro y nos alimenta con su Palabra y su vida», dijo el Papa Francisco este miércoles en la Audiencia General, siguiendo con las catequesis sobre los sacramentos.
El Santo Padre quiso subrayar la relación profunda que tiene la Eucaristía con nuestra vida: «Quien celebra la Eucaristía no lo hace porque sea mejor que los demás, sino porque se reconoce necesitado de la misericordia de Dios».
El Papa cuestionó sobre el sentido que tiene la Eucaristía en la vida de cada uno de los católicos: « ¿Cómo vivimos la Eucaristía? ¿Qué es para nosotros? ¿Es sólo un momento de fiesta, una tradición consolidada, una ocasión para encontrarnos o para sentirnos bien, o algo más?»
Francisco destacó algunos «indicadores» concretos que nos ayudan en este sentido: «El primero es el modo de relacionarnos con los demás. A Jesús le gustaba estar con la gente, compartir sus anhelos, problemas y preocupaciones. En la Santa Misa nos encontramos con muchas personas, pero ¿las vemos en verdad como hermanos y hermanas? ¿La Eucaristía nos lleva a salir al encuentro de los pobres, de los enfermos, de los marginados, viendo en ellos el rostro de Jesús?»
Después destacó un segundo indicador: «sentirnos perdonados e impulsados a perdonar. Quien celebra la Eucaristía no lo hace porque sea mejor que los demás, sino porque se reconoce necesitado de la misericordia de Dios. La Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo para la remisión de los pecados y, por eso, mueve nuestro corazón al perdón de los hermanos y la reconciliación».
Por último, señaló la «coherencia entre la liturgia y la vida de nuestras comunidades. La Eucaristía no es un mero recuerdo de algunos dichos y hechos de Jesús. Es obra y don de Cristo que sale a nuestro encuentro y nos alimenta con su Palabra y su vida».