El pasado 10 de febrero se cumplieron 75 años de la muerte del Papa Pío XI (1922-1939). De su fructífero pontificado, destaca la institución de los Pactos Lateranenses –acuerdo entre la Santa Sede y el Estado Italiano, firmado el 11 de febrero de 1929-, en cuyo preámbulo se declara «la absoluta y visible independencia» de la Iglesia católica «garantizándole una soberanía indiscutible también en el campo internacional».
Otro de los actos destacados en el pontificado del Papa Ratti es la inauguración de Radio Vaticano, medio de comunicación y evangelización creado para ayudar a la divulgación del Magisterio del Papa, realizado por el científico italiano Guillermo Marconi e inaugurado por el mismo Pío XI el 12 de febrero de 1931, con el Mensaje radial Qui arcano Dei, el histórico documento dirigido específicamente por el Pontífice de la Iglesia universal, «a toda la creación, a Dios, a los católicos, a la jerarquía, a los religiosos, a los misioneros, a todos los fieles, a los infieles y disidentes, a los gobernantes, a los súbditos, a los ricos, a los pobres, a los obreros y a los empleadores, a los afligidos y a los perseguidos».
El Papa que defendió los derechos de los católicos mexicanos
Achille Ambrogio Damiano Ratti, nació en Desio (Monza, Italia) el 31 de mayo de 1857. Entró en el seminario a los 10 años de edad, y en 1879 fue ordenado sacerdote. Luego de enseñar teología en el seminario, sus méritos académicos lo convirtieron primero en doctor y luego en prefecto de la Biblioteca Ambrosiana, una prestigiosa institución cultural que desde siempre ha sido un motivo de orgullo de la diócesis de Milán.
Transcurrió veintiséis años entre libros, estudiando, coleccionando y escribiendo obras de carácter histórico, litúrgico y hagiográfico, e interesándose por la literatura y el arte. Gracias a su vasta preparación científica, fue nombrado prefecto de la Biblioteca Vaticana en 1914.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, cuando los obispos de la Polonia finalmente libre piden al Papa un representante de la Santa Sede capaz de defender los derechos del pueblo cristiano, Benedicto XV envió al bibliotecario Ratti, quien supo consolidar la presencia católica en el Este europeo.
El 6 de febrero de 1922 el Cardenal Ratti es elegido Papa, asumiendo el nombre de Pío XI. En el curso de los diecisiete años de su pontificado, su acción se funda principalmente en la afirmación de los derechos de la Iglesia, en su libertad e independencia. No se puede dejar de mencionar la valiente acción política que Pío XI desarrolló en defensa de los valores cristianos, en años en los que predominaban regímenes totalitarios como el nazismo y el comunismo.
Ya desde 1926, cuando en México los católicos son bárbaramente perseguidos, el Obispo de Roma responde enérgicamente el 18 de noviembre con la Enciclica Iniquis afflictisque condenando esos abusos: llamamientos del Papa que se reiterarán los años siguientes.
Sus restos reposan en las Grutas Vaticanas, junto a las tumbas de Benedicto XV y Pío X.
Con información de Radio Vaticano