Aquellos que «son ordenados son puestos a la cabeza de la comunidad como servidores, como lo hizo y lo enseñó Jesús», dijo el Papa Francisco en la catequesis de la Audiencia General del miércoles, al hablar del Sacramento del Orden.
Ante los miles de fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro el Santo Padre recordó que anteriormente ya ha reflexionado acerca de los sacramentos de la ‘iniciación cristiana’, que constituyen juntos el misterio de, un único grande evento de gracia que nos regenera en Cristo y nos abre a su salvación: Bautismo, Confirmación y Eucaristía.
El Papa dijo que la salvación es «la vocación fundamental que acomuna a todos en la Iglesia, como discípulos del Señor Jesús», y se refirió a dos Sacramentos que corresponden a dos vocaciones específicas: el Orden y del Matrimonio. «Ellos constituyen dos grandes caminos a través de los cuales el cristiano puede hacer de la propia vida un don de amor, sobre el ejemplo y en el nombre de Cristo, y así cooperar a la edificación de la Iglesia».
Refiriéndose al sacramento del Orden, el Santo Padre precisó que ayuda a los ministros ordenados a amar apasionadamente a la Iglesia, dedicando todo su ser y su amor a la comunidad, que no han de considerarla de su propiedad, sino del Señor».
Después hizo una advertencia: «Cuando no se alimenta el ministerio ordenado con la oración, la escucha de la Palabra, la celebración cotidiana de la Eucaristía y la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia se termina perdiendo el sentido auténtico del propio servicio y la alegría que deriva de una profunda comunión con el Señor».
Al terminar la catequesis el Papa pidió a todos rezar por los ministros ordenados de su Iglesia, «en particular por aquellos que se encuentran en dificultad o que necesitan recuperar el valor y la frescura de su vocación».