El Papa Francisco impartió este domingo la bendición Urbi et Orbe de la Pascua de Resurrección, pidiendo una vez más la paz que viene de Dios: «¡Te rogamos, Señor, por todos los pueblos de la Tierra! Tú, que has vencido la muerte, concédenos tu vida, danos tu paz». También suplicó para derrotar el flagelo del hambre, de todas las violencias, y a proteger a los indefensos.

 

«¡Cristo ha resucitado, vengan y vean!» . Es el anuncio que el Obispo de Roma hizo resonar en su mensaje pascual, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, abrazando a toda la familia humana: «El mensaje que los cristianos llevan al mundo es este: Jesús, el Amor encarnado, murió en la cruz por nuestros pecados, pero Dios Padre lo resucitó y lo ha constituido Señor de la vida y de la muerte. En Jesús, el Amor ha vencido al odio, la misericordia al pecado, el bien al mal, la verdad a la mentira, la vida a la muerte».

En su mensaje reiteró que «en toda situación humana, marcada por la fragilidad, el pecado y la muerte, la Buena Nueva no es sólo una palabra, sino un testimonio de amor gratuito y fiel: es un salir de sí mismo para ir al encuentro del otro, estar al lado de los heridos por la vida, compartir con quien carece de lo necesario, permanecer junto al enfermo, al anciano, al excluido… « Vengan a ver»: El amor es más fuerte, el amor da vida, el amor hace florecer la esperanza en el desierto».

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