Este domingo V de Cuaresma, al terminar el rezo del Ángelus, el Papa Francisco ha hecho un obsequio a los fieles y peregrinos que se dieron cita en la Plaza de San Pedro: un ejemplar que contiene los Santos Evangelios y los Hechos de los Apóstoles.

El Santo Padre dijo a los presentes en el rezo mariano: “En los últimos domingos os he sugerido que os hicierais con un pequeño Evangelio, para llevarlo durante el día, y leerlo a menudo. Entonces me acordé de la antigua tradición de la Iglesia, durante la Cuaresma, de entregar el Evangelio a los catecúmenos, los que se preparan para el bautismo. Así que hoy quiero daros a vosotros que estáis en la Plaza un evangelio de bolsillo. Será distribuido de forma gratuita…¡gratuitamente habéis recibido, gratuitamente dad! ¡Dad el mensaje del Evangelio!…”

Después hizo una propuesta a los congregados en la Plaza de San Pedro: “Hagamos una cosa, a cambio de este regalo, haced un acto de caridad, un gesto de amor desinteresado, rezad una oración por los enemigos, reconciliaros con alguien o algo. Hoy se puede leer el Evangelio con muchos instrumentos tecnológicos. Se puede llevar la Biblia con uno mismo en un teléfono móvil, en una tableta. Lo importante es leer la Palabra de Dios, con todos los medios, pero leer la Palabra de Dios”.

Este gesto, que recuerda aquel otro ya famoso de la distribución de la “Misericordina” hace algunos meses, fue realizado por la Limosnería Apostólica, con la colaboración de numerosos voluntarios: scouts, seminaristas del Seminario Romano, Hermanas de la Madre Teresa y otras religiosas, así como tantas personas. De esta manera se entiende que la Limosnería debe ser de hecho el brazo del Papa para la caridad no solamente material, sino también espiritual.

El pequeño volumen de bolsillo, impreso por la Tipografía Vaticana (en una edición especial para esta ocasión, y no a la venta), contiene los cuatro Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, y se abre con la citación de las palabras del Papa Francisco en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de aquellos que se encuentran con Jesús”. La página interna de la cubierta trae las indicaciones para rezar la “Corona de la Misericordia”, y se cierra con la Oración del Beato Cardenal John H. Newman: “Querido Jesús…”, que la Beata Madre Teresa recomendaba a sus hermanas rezar todos los días.

 

 

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