Por Felipe de J. Monroy, Director Vida Nueva México |
El día de san Juan de 1981 las niñas Ivanka Ivankovic y Mirjana Dragicevic afirmaron haber visto a la Virgen María en las afueras de Medjugorje, hoy Bosnia-Herzegovina; según se refiere, otros cuatro niños se sumaron a estas apariciones marianas y desde entonces diariamente estos seis videntes dicen recibir mensajes que han cambiado la geografía de este pequeño poblado y que han tocado los corazones de miles de fieles que viajan hasta allí para constatarlo.
Los cambios políticos en esta zona de los Balcanes así como la necesidad de que la Iglesia católica estudie y declare su posición frente a estas supuestas apariciones ha mantenido en vilo tanto a los fervientes seguidores como a quienes consideran que tal fenómeno es apenas un fraude.
En los últimos cuatro años, una comisión investigadora de la Santa Sede organizada por la Congregación para la Doctrina de la Fe ha estudiado el caso y el pasado 17 de enero han entregado al neocardenal Gerhard Müller, presidente de dicha congregación, las conclusiones de su trabajo. Lo realizado por la comisión investigadora ha tenido el propósito de verificar que todo el fenómeno relacionado a las aparentes visiones mantenga la ortodoxia de la teología católica.
Como apunta nuestro corresponsal en Roma, Darío Menor, el documento conclusivo está ahora sobre la mesa del Papa Fransico, quien, a la luz de las conclusiones de la comisión, decidirá el futuro de Medjugorje: “Tiene tres opciones frente a él: puede confirmar la existencia de las apariciones, lo que equipararía este lugar a otros santuarios marianos como Lourdes o Fátima; negar estas revelaciones sobrenaturales; u optar por una vía intermedia, manteniendo el estatus actual. Hasta este momento, la postura oficial de la Iglesia se ha basado en la declaración que hicieron los obispos de la antigua Yugoslavia en 1991, en la que aseguraron que, según los estudios realizados, no constaba que hubiera apariciones. Pero añadían que debían continuar las investigaciones, dado el fervor de los fieles hacia este lugar”.
Cualquiera de las respuestas que dé el Papa implica horizontes diferentes para el pueblo ubicado entre las montañas de Krizevac y Podbrdo: más allá de la posible autenticidad de las revelaciones de la Virgen, este pueblo de Bosnia-Herzegovina ha conseguido que decenas de miles de personas redescubran la fe católica.
Uno de estos testimonios es de José Luis López de San Román, viajó en 1989 a Medjugorje y no ha parado desde entonces. Ha ido 27 veces y organiza peregrinaciones para grupos dos veces al año: “Conozco otros santuarios y, en Medjugorje, pese a que no tiene el reconocimiento oficial, es donde más se siente la presencia de la Virgen. Yo la he sentido de manera impresionante”.