Por Juan Gaitán

“…situarte en tu realidad, pero ver que también hay otras personas que necesitan de ti y que hay muchas formas de ayudar.” Claudia, 17 años

Definitivamente, lo mejor de la Misión está en los corazones de quienes las han vivido. Por eso, como un complemento a la primera parte de este texto, he querido compartir una serie de testimonios de jóvenes del Grupo de Misiones La Salle Pachuca.

Son respuestas espontáneas que surgen de las experiencias vividas. ¡Vale la pena leer casa frase para dejarse impregnar por el entusiasmo que las distintas expresiones contagian!

¿Qué es lo que más te gusta de la Misión?

“Poder ser instrumento de Dios (…) poder ser sus manos, su boca, sus ojos, para llevar su Palabra a otras personas.” Stella, 17 años

“…ese contacto que tienes contigo mismo.” Rosita, 22 años

“Yo creo que la gente, porque puedes encontrar en ellas cosas que nunca imaginarías encontrar en una persona.” Gayatri, 17 años

“Me gusta ir a compartir tiempo con las personas (…) y que ellas me puedan dejar alguna enseñanza.” Mariana, 16 años

“Hacerle ver a la gente que no están solos y que hay personas, que aunque no siempre estemos con ellos, los apoyamos.” Katia, 17 años

Evangelizadores evangelizados

“Cuando un niño sonríe y me ve, me acerca a Dios.” Katia

“[Quienes antes eran desconocidos] acaban siendo personas importantes para mí.” Coral, 16 años

“Me sentí lleno, dije: algo pasó. (…) Me ayudó un buen a acercarme a Dios” Edgar, 23 años

“Yo creo que es más lo que ellos me dejan a mí que lo que yo les puedo dejar a ellos.” Diana, 18 años

Aprendizajes                                   

“Me ha enseñado que hay mucho por vivir, hay más cosas de las que nosotros podemos imaginar” Andrea, 18 años

“Creces como persona en todos los aspectos: emocionalmente, espiritualmente… Aprendes muchas cosas que te van a marcar la vida.” Ana, 17 años.

“Me ha enseñado a valorar lo que tengo, a darme cuenta de que a veces la estoy regando y que tengo que echarle ganas para ayudar.” Katia

“[Descubrir] qué me hace falta primero cambiar en mí para poder servir.” Karen, 17 años

“Me ha enseñado que siempre hay alguien a quién ayudar (…) y que yo tengo mucho que aportar.” Rosita

“Algo que noto en la ciudad es que tan sólo nos cuesta mucho vernos a los ojos y es eso algo que en las comunidades se da más: el contacto con el otro.” Eduardo, 20 años

“Yo sé que si doy todo lo que tengo dejo como un pedacito de mí y les ayudo en algo.” Jerusha, 17 años

“He aprendido a encontrarme a mí misma” Diana

¿Qué le dirías a un joven que duda sobre ir o no ir a la Misión?

“Que es una experiencia increíble porque llegas a encontrarte contigo mismo y sobre todo con Dios.” Stella

“Que precisamente en esta edad es cuando surge más esta sed de llenar algo que necesitamos, e intentarlo en misiones es una forma yo creo que acertada. (…) Además, a esta edad es cuando uno define lo que va a hacer el resto de su vida.” Eduardo

“¡¿Qué por qué no está decidido?! Es una de las experiencias más gratas de mi vida. La verdad, si no va, sería una pérdida.” Gayatri

“A mí me pasó. (…) Tu corazón, tu cabeza y tu alma saben cuándo debes ir.” Felipe, 23 años

“Me pasó con mi hermano (..). Le dije: te puede ayudar a encontrar más a Dios, o sea, a ser más pleno en tu vida. Ahorita que estás más joven, que te dé tranquilidad y, sobre todo, felicidad.” Edgar

“Es una de las experiencias más bonitas que he tenido y la repetiría miles y miles y miles de veces.” Diana

“…una vez que la vives, dices: ¡wow!” Katia

Que estos testimonios nos llenen de entusiasmo para poder gritar con estos jóvenes aquello que dice su lema:

¡que viva Jesús en nuestros corazones… por siempre!

 

 

 

 

 

 

 

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