El Papa Francisco señaló esta mañana, durante la Misa que presidió en Casa Santa Marta, que hoy en día hay más mártires que en los primeros tiempos de la Iglesia, e instó a los fieles a no tener miedo a la incomprensión y a las persecuciones: « Cuando se anuncia el Evangelio podemos ser perseguidos», enfatizó.
El Santo Padre reflexionó sobre la suerte que corrieron tanto los profetas como Jesús por reprochar el mal actuar de los poderosos: «en la historia de la salvación, en el tiempo de Israel, incluso en la Iglesia los profetas fueron perseguidos» y descalificados. Perseguidos porque los profetas dicen: «¡Ustedes equivocaron el camino! Vuelvan al camino de Dios». Y esto, observó, «para las personas que tienen el poder de aquel mal camino, no le gusta».
Francisco comentó que a Jesús lo descalifican porque «salía y hacía salir de aquel ambiente religioso cerrado, de aquella jaula». El profeta, reiteró el Papa, «lucha contra las personas que enjaulan el Espíritu Santo. ¡Y por eso es perseguido: siempre!». Los profetas «siempre son perseguido o incomprendidos -afirmó el Pontífice-, abandonados a un lado. ¡No les hacen lugar!». ¡Esta situación, no acabó con la muerte y resurrección de Jesús, continúa en la Iglesia! «Hostigamiento desde fuera y persecución desde dentro». Cuando leemos las vidas de los santos, dijo el Santo Padre Francisco: «cuántas incomprensiones, cuántas persecuciones han sufrido los Santos», «porque eran profetas».
«También tantos pensadores de la Iglesia fueron perseguidos. Pienso en uno, ahora, en este momento, no lejos de nosotros, un hombre de buena voluntad, un profeta de verdad, que con sus libros reprochaba a la Iglesia de alejarse del camino del Señor. Pronto fue llamado al orden, sus libros puestos en el índice, le quitaron la cátedra y así para este hombre terminó su vida: no hace mucho de esto. ¡Pasó el tiempo y hoy es beato! ¿Pero cómo es que ayer era un hereje y hoy es beato? Porque ‘ayer los que tenían el poder querían silenciarlo, ya que no les gustaba lo que decía. Hoy la Iglesia, que gracias a Dios sabe arrepentirse, dice: ‘No, este hombre es bueno!’. Es más, está en el camino de la santidad: es un beato».
«Todas las personas que el Espíritu Santo escoge para decir la verdad al pueblo de Dios -añadió el Santo Padre – sufren persecución.»Y Jesús «es el modelo, la imagen». El Señor tomó sobre Él «todas las persecuciones de su pueblo». Y aún hoy, observó con amargura Francisco, «los cristianos son perseguidos». «Me atrevo a decir -añadió- que tal vez haya tantos o más mártires ahora que en los orígenes», «porque a esta sociedad mundana, a esta sociedad demasiado tranquila, que no quiere problemas, le dicen la verdad, le anuncian a Jesucristo»:
«Pero existe la pena de muerte o el encarcelamiento por tener el Evangelio en casa, por enseñar el catecismo, hoy en alguna parte! Me decía un católico de estos países en los que no se puede orar juntos. ¡Está prohibido! Sólo se puede rezar solos o escondidos. Pero ellos quieren celebrar la Eucaristía y ¿cómo pueden hacerlo? Hacen una fiesta de cumpleaños, fingen celebrar el cumpleaños y allí celebran la Eucaristía, antes de la fiesta. ¡Y esto ha sucedido! Cuando ven que llega la policía, rápidamente ocultan todo y ‘Felicidad, felicidad. ¡Feliz cumpleaños! ‘Y prosigue con la fiesta. Luego, cuando se van, terminan la Eucaristía. Así tienen que hacer, ya que está prohibido rezar juntos. ¡Hoy en día!
Y esta historia de persecución, remarca «el camino del Señor, es el camino de los que siguen al Señor. Pero, al final, termina siempre de nuevo, como el Señor: con una Resurrección, pero ¡pasando por la Cruz!». Francisco dirigió su pensamiento al padre Matteo Ricci, evangelizador de China, que «no fue comprendido, que no fue entendido. ¡Pero él obedeció como Jesús!» Siempre «¡habrán persecuciones, incomprensiones! Pero Jesús es el Señor, y ese es el desafío y la Cruz de nuestra fe». Que el Señor, concluyó el Papa, «nos dé la gracia para seguir su camino y, si ocurre, incluso con la cruz de la persecución».