Por Felipe Arizmendi Esquivel, Obispo de San Cristóbal de las Casas /

En la parroquia de Santiago Apóstol, Tehuipango, en la sierra de Zongolica, de la diócesis de Orizaba, se lleva a cabo este VII Taller, del 9 al 12 de junio de 2014. Participan 22 personas, la mayoría sacerdotes, varios laicos y algunas religiosas, todos hablantes de este idioma, delegados de las arquidiócesis de Puebla y Tulancingo, y de las diócesis de Orizaba, Tehuacán, Ciudad Valles, Cuernavaca, San Andrés Tuxtla y Tuxpan.

Este taller es promovido por las Dimensiones de Liturgia, Biblia, Doctrina de la Fe, Indígenas y Cultura, del Episcopado Mexicano, quien aprobó esta pastoral en asamblea plenaria. Es un servicio de la Iglesia para fortalecer las culturas originarias, para que los pueblos indígenas escuchen la Palabra de Dios y celebren la liturgia en su propio idioma.

En días pasados, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó el náhuatl como lengua litúrgica, como ya lo hizo anteriormente con el tseltal y el tsotsil de Chiapas. Y es muy importante la traducción náhuatl, porque, según el censo de 2010, hay 1.544,968 mexicanos que hablan este idioma, en 16 diócesis del país. La Virgen de Guadalupe habló esta lengua, lo cual es una razón más para resaltar su dignidad e importancia.

Después de que, en el primer taller, realizado en la Basílica de Guadalupe, del 6 al 9 de agosto de 2012, se tomó el acuerdo de hacer una sola versión al náhuatl, que fuera consensuada para las distintas variantes que hay en el país, se ha logrado ya la traducción final del Padre Nuestro, Ave María y Credo. Después, se ha hecho una primera versión del Ordinario de la Misa y de la Plegaria Eucarística II. Se llevó el texto a las comunidades, para escuchar sus reacciones, y ver si la aceptan, o proponen modificaciones. En este VII Taller, se pone en común la palabra de los pueblos originarios, se analiza, para llegar a un consenso, antes de que el texto sea presentado al pleno de la Conferencia Episcopal, para su aprobación. Después, se remite a Roma para su reconocimiento oficial. Es un trabajo lento, pero seguro y con mucha participación de las comunidades.

En el encuentro que tuvimos los obispos de diversas provincias con el Papa Francisco, el 17 de mayo pasado, con ocasión de nuestra Visita Ad limina, nos animó a continuar este servicio y nos dijo que procediéramos con libertad, pues una de las reformas que espera hacer en la Iglesia es que las Conferencias Episcopales tengan más competencia en este asunto.

Los dos siguientes talleres serán en Ciudad Valles, San Luis Potosí, del 20 al 23 de octubre de 2014, y en Huejutla, Oaxaca  del 23 al 26 de febrero de 2015.

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