Guatemala, El Salvador y Honduras son los países que más niños expulsan hacia los Estados Unidos, situación que está creando una crisis migratoria en los centros de retención de migrantes en Estados Unidos.
LOS ORÍGENES
Según expertos en el tema, muchos de estos niños no están al cuidado directo de sus padres, viven con familiares; éstos son engañados por los «polleros» con la idea de que los menores, al entrar a Estados Unidos, podrían acogerse a una moratoria de deportaciones y eventualmente ser considerados como asilados políticos. De hecho se han encontrado cartas con instrucciones para los niños sobre lo que deben decir si son detenidos por autoridades estadounidenses.
Estos engaños surten efecto pues las condiciones que viven en sus países de origen los marginan de poder acceder a servicios de salud y educativos que les permitan convertirse en adultos funcionales.
Aunque también están aquellos que han sufrido algún tipo de agresiones. Según la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, un 22% de los niños declaró haber sufrido violencia en sus hogares, ejercida por la persona encargada de cuidarlos, y 11% vivió una doble agresión: tanto en su comunidad como dentro de su hogar. En el caso de los mexicanos, 38% expresó haber sido víctima o potencial víctima de reclutamiento y explotación por parte de grupos criminales.
LAS CONDICIONES
El periodista Mario Cerna, corresponsal de un periódico hondureño, logró entrar a los centros de detención y narra las condiciones de hacinamiento. «Los niños están dentro de habitaciones, que son celdas más que otra cosa. Unos tirados sobre el piso y otros yacen sobre el hombro o las piernas del que tienen al lado. Los que no tienen la fortuna de acostarse en el piso, están sentados en bancas de cemento unos junto a otros». Se quejan del frío que padecen en este lugar, pero, a decir de sus celadores, esto es necesario para evitar infecciones.
LOS DATOS
Según datos del gobierno estadunidense, unos 90 niños no acompañados cruzan la frontera suroeste diariamente y ya suman unos 52 mil los niños detenidos en los últimos 9 meses tras entrar en este país, cifra que podría llegar a 100 mil a final de año.
El gobierno estadunidense ha insistido en las últimas semanas en que esos niños que están llegando a la frontera entran en un proceso de deportación y no podrán acogerse a la reforma migratoria que debate el Congreso, ni a la moratoria a las deportaciones de jóvenes indocumentados que llegaron antes de 2007, conocida como DACA.
Redacción El Observador