COLUMNA FE Y RAZÓN | Por Luis-Fernando Valdés |
Después de veintiún siglos de presencia de cristianos en el norte de Irak, en la legendaria provincia de Nínive, ya casi no queda ninguno. Estamos a punto de presenciar “en vivo” la desaparición de una cultura bimilenaria. ¿Qué podemos hacer?
En otros artículos ya hemos reportado la violencia y la crueldad con que son tratados los cristianos en Irak, por parte del grupo radical ISIS (Califato de Irak y el Levante). Ahora les transmitimos los sentimientos de los desterrados, que con dolor dejan la tierra de sus antepasados y se quedan sin nada.
La situación es crítica. El card. Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, citando noticias dadas por las religiosas caldeas Hijas de María Inmaculada, denunció el hecho de que “esta noche entraron en la llanura de Nínive los hombres del autoproclamado ‘califato’ y expulsaron los miles de cristianos que viven en los poblados de la zona”.
El purpurado dijo que “los cristianos tuvieron que abandonar todo, incluso el calzado, y descalzos fueron encaminados por la fuerza hacia la zona de Kurdistán”. La situación de los cristianos, precisó, “es desesperada porque en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, no tienen intención de acogerlos porque no saben cómo acoger a estos miles de personas”. (News.va, 7 agosto 2014)
Por primera vez en milenios, los cristianos han dejado de vivir en Mosul, su ciudad. El escritor iraquí cristiano Majed Aziza, escribió una conmovedora carta a sus conciudadanos musulmanes, a modo de despedida y de protesta por no haber recibido su apoyo y defensa.
“Expulsados, dejamos nuestra ciudad, Mosul, humillados por los detentores del nuevo islam. La dejamos por primera vez en la historia”. Los cristianos “somos los auténticos hijos de esta ciudad y … somos sus fundadores”.
“Pero nos han abandonado, dejándonos arrastrar fuera de la ciudad, hacia lo desconocido. Han cerrado los ojos, mientras dejábamos detrás nuestra historia, las tumbas de nuestros antepasados, nuestras casas, nuestro patrimonio y todo lo que es querido a nuestro corazón.”
“El final de los milenios que hemos pasado juntos … hemos vivido juntos centenares, miles de años, construyendo Mosul con el sudor de nuestra frente. … Dejamos por la fuerza una tierra que hemos alimentado con nuestra sangre”.
Por su parte, el Papa Francisco no ha dejado de recordar a los cristianos iraquíes en su cuenta de Twitter. Entre otros, publicó este mensaje: “Les ruego que dediquen hoy un momento a rezar por todos aquellos que son obligados a dejar su casa en Iraq” (@pontifex, 08/08/2014).
Además, el Santo Padre ha dirigido una petición a la comunidad internacional para que “proteja a todas las víctimas de la violencia en Iraq” (@pontifex, 09/08/2014). Y ha exhortado a “todas las parroquias y comunidades católicas” para que “en este fin de semana dediquen una oración especial por los cristianos iraquíes” (@pontifex, 09/08/2014).
Por su parte, los obispos de Oriente Medio instaron hoy a la comunidad internacional a proteger a los cristianos iraquíes, al tiempo que pidieron a las autoridades musulmanas emitir fatuas o decretos para prohibir los ataques contra las minorías. (Periodistadigital.com, 8 agosto 2014)
¿Qué podemos hacer desde nuestro País? –Mantener viva la noticia de este destierro. Lo peor que les puede pasar a los cristianos iraquíes es que caigan en el olvido. El día en que nos olvidemos de ellos y su dolor, se habrá consumado la gran injusticia del ISIL: acabar con milenios de cultura cristiana en Medio oriente.
Ver también: Los últimos cristianos de Irak,
y además: Un Papa que sabe llorar (sobre la sangrienta persecución religiosa en Siria)