Personal del Instituto Nacional de Migración impidió a monseñor Gerardo de Jesús Rojas, obispo de Tabasco celebrar una misa en la frontera México-Guatemala para rcordar a los migrantes que han muerto en esa zona y conmemorar 4 años del descubrimiento de fosas clandestinas en Tamaulipas, esto se da en el contexto de medidas de endurecimiento contra los migrantes por parte del gobierno mexicano.

Por Omar Arcega

El contexto

El 25 de agosto se recordaron los 4 años de que México y el mundo conocieron las matanzas contra migrantes en San Fernando (Tamaulipas), allí se encontraron cuerpos de 72 personas que habían sido asesinadas. Después se supo que todos ellos habían sido migrantes de diversas nacionalidades, la mayoría centroamericanos. Lamentablemente no es el único caso, pues la cifra de desaparecidoa aumenta día con día.

Por estos mismos días se dio a conocer que el gobierno mexicano endurecerá las medidas para evitar que la gente no suba al tren conocido como «La Bestia» y que es usado por miles de migrantes centroamericanos que cruzan por México rumbo a los Estados Unidos. Entre los planes absurdos de acción, está el invertir para acelerar la velocidad del tren con la finalidad de impedir que los migrantes lo tomen. Habrá coordinación con los 23 municipios limítrofes con Guatemala y Belice.

La misa

Este fue el contexto que rodeo la intensión de realizar una misa por los migrantes muertos en esa frontera y en memoria de los que fueron encontrados hace 4 años en San Fernando. La celebración eucarística iba ser encabezada por Gerardo de Jesús Rojas, obispo de Tabasco y lo acompañaría Fray Tomás Gonzalez, director de la casa del migrante conocida como «La 72»., esta se llevaría acabo en el entronque entre México y Guatemala.

Cuando se estaban realizando los preparativos llegaron agentes del Instituto de Migración (INM) y del Sistema de Administración Tributaria (SAT) les pidieron desalojar el lugar. Argumentaron que no se contaba con «el permiso» para llevar acabo el acto.

Fray Tomás señaló que los agentes les amenazaron con pedir helicópteros para desalojarlos. Los religiosos optaron por pasar de lado guatemalteco, allí las autoridades les permitieron realizar la misa, pero en todo momento estuvieron vigilados desde el lado mexicano por agentes del INM. Durante la celebración varios migrantes relataron sus duras experiencias.

Se dio a conocer la creación de la Coordinación de la Frontera Sur, organismo que unirá los esfuerzos católicos humanitarios y espirituales en la zona. Posteriormente el obispo se dirigió a las instalaciones de «La 72», donde bendijo un comedor, palapas y un espacio conocido como la plaza.
Fuente: Agencias

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