Tiene menos de un mes (del 5 al 19 de Octubre de 2014) que se han reunido en Roma, con el Papa Francisco, obispos de todo el mundo para reflexionar y buscar líneas concretas de acción pastoral en torno al tema de la familia. Uno de los temas que se han tratado es el caso de los divorciados vueltos a casar.
Considero que el Papa Francisco es un hombre abierto e inspirado por Dios que está buscando una Iglesia más abierta, humana y misericordiosa, que busque vivir realmente los preceptos evangélicos. Es decir que sancione menos y que perdone más. Sin embargo la apertura del Papa Francisco ha encontrado en el Sínodo el rechazo de ciertas voces conservadoras que siguen aferradas a una Iglesia dogmática más apegada a la Ley que al Espíritu mismo de la Ley, que ha sido creada para servir al hombre.
Uno de los temas polémicos tratados en el Sínodo es el caso de los divorciados vueltos a casar. ¿Qué hacer con las parejas de esposos que habiendo sido casados por la Iglesia, por diferentes razones se tuvieron que separar (divorciar), y que posteriormente encontraron una nueva pareja con quien viven en armonía y que desean acercarse a la Iglesia y recibir los sacramentos?
Por el momento las conclusiones del texto no pudieron ir más lejos, como muchos lo hubiéramos deseado, incluyendo al mismo Papa Francisco y a un buen numero de obispos y teólogos. Sin embargo me parece que se han hecho avances significativos. Este primer Sínodo busco establecer un “status quaestionis” y los diferentes temas de la familia analizados se volverán a trabajar en la próxima Asamblea General ordinaria de obispos prevista para el 2015, que buscará dar líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia.
El tema de los divorciados vueltos a casar se encuentra en la 3ª parte del texto: “Sanar las familias heridas (separadas, divorciados no vueltos a casar, divorciados vueltos a casar)”, números 40 a 49.
Seguiré comentando en mis próximos artículos el tema de los divorciados vueltos a casar y los números antes señalados.
